Expósito: "Para lo malo y para lo bueno es un orgullo ser español"

Este fin de semana, por lo bueno y por lo malo, ha sido de esos para sentirse orgulloso. Para gritar eso de “yo soy español, español, español”, que aprendimos como quien no quiere la cosa, que lo aprendimos con el Mundial de Sudáfrica y tras el gol de Iniesta contra Holanda.

Este fin de semana ha sido y sigue siéndolo para estar orgulloso de ser español por dos motivos aparentemente contradictorios: por la impresionante ola de solidaridad, ayuda y trabajo desarrollada por tanta gente a causa de las inundaciones en el Levante y por la victoria de la Selección Española de Baloncesto en el Mundial de China.

Es curioso. Pero pasa ante las emergencias, con los trasplantes, con la cultura cada vez que la política partidaria se aleja de lo que sea. Cada vez que la sociedad civil, los profesionales o los deportistas van a lo suyo y los políticos les dejan en paz nos salimos.

Las imágenes que hemos visto repetirse desde el pasado jueves en Orihuela, en los Alcáceres en el resto de Alicante, Murcia, Albacete, Granada, ayer mismo en Arganda (Madrid) asustan a la vez que enorgullecen.

La entrega, el sacrificio, el valor, el cansancio, el riesgo demostrado por el primer policía local, los bomberos de donde sea, la Cruz Roja, la Guardia Civil, la Policía Nacional, los soldados de la UME y hasta los boinas verdes del Ejército de Tierra, todo ese esfuerzo es impagable, inaudito, es de un honor indescriptible.