Expósito recuerda la odisea de Ali desde Afganistán a Sicilia: "No muy diferente a los ahogados en Calabria"
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El día pasa por el frío que hace (porque hace un frío que pela), por la moción de censura a Pedro Sánchez presentada por Vox y que encabezará Ramón Tamames y por el asco que provocan las fotos, las andanzas y las corruptelas del diputado socialista canario Tito Berni.
En cuanto al frío cuidado con esta semana porque va a hacer una rasca muy importante. Al respecto, ¡ojalá nieve porque eso será agua!
En cuanto a la moción de censura de censura de Vox, Abascal ha pedido que se celebre lo antes posible pero será el Gobierno quien decida el calendario. Por supuesto, en función devsu interés.
Y por último, el Tito Berni. ¡Qué asco!, ¡qué vergüenza! ¡Qué corrupción tan descarada, cutre y repugnante! Por cierto, más allá de lo evidente, esto no ha hecho más que empezar. El Tito Berni no estaba solo. Los nombres del resto de puteros aparecerán. Es solo cuestión de tiempo.
Dicho esto, el tema que me ha revuelto las entrañas (y la memoria) es el naufragio de Calabria. 14 niños muertos en una embarcación de unos 250 inmigrantes, procedentes de Irán, Afganistán y Pakistán que se partió por la mitad mientras realizaba 'la ruta turca' con destino Italia. La policía italiana pudo contabilizar 81 supervivientes y 62 fallecidos, de los cuales, al menos, 14 eran niños y 33 mujeres.
Entre los náufragos había una familia afgana que se vio obligada a escapar de su país porque la vida del padre, de unos 40 años, "corría peligro" por el régimen talibán. Solo han sobrevivido él y uno de sus hijos. Otro de los casos que hemos conocido es el de un muchacho afgano de 16 años que logró llegar a la orilla, donde se encontró con su hermana de 28 muerta.
Te voy a contar la historia de alguien que conocí hace algunos años en Sicilia. Alí es un joven afgano que vivía en Sutera, un pequeño pueblo siciliano. Cuando yo me encontré con él hace algunos años tenía 24 y me contó su historia, una historia que, como vas a comprobar, no es muy diferente a la de los inmigrantes que han muerto ahogados este fin de semana. Ali, en plena adolescencia, con 14 años, decidió salir de Afganistán por la guerra. Era en el año 2007. ¿Por qué huía de su país? Porque según me contaba quería ser un hombre libre y cumplir sus sueños, quería vivir en paz y ser libre. Atravesó Pakistán, Irán, Turquía... A pie, montado en un coche, en los bajos de los coches. Al llegar a Turquía vivió el momento más complicado. El objetivo era llegar a Grecia para entrar en la Unión Europea y poder pedir asilo político como refugiado de guerra. La marina turco lo impidió.
Ali fue internado en un cárcel turca, a pesar de ser menor. Este joven recordaba esos 30 días en la prisión como algo horrible debido a la violencia que tuvo que presenciar. Al mes le deportaron a su país pero él decidió volver a intentarlo, no se podía quedar en Afganistán. Tras 3 intentos fallidos finalmente logró llegar a Grecia. Tras 10 días en un centro de acogida recibió una orden de expulsión que él no estaba dispuesto a cumplir. Así que contacto con las mafias de la inmigración.
Tres intentos para llegar a Grecia; 30 horas encerrado en un camión para llegar a Italia tras contactar con las mafias. Bueno, pues al llegar a territorio italiano la policía le detuvo y le llevó a un centro de acogida para menores. Afortunadamente en el centro le pusieron en contacto con una ONG gracias a la cual rehizo su vida. A Ali le instalaron en un pequeño pueblo de Sicilia y se convirtió en trabajador social para ayudar a los inmigrantes que llegan a Italia. Inmigrantes que lo intentan a miles cada día y que en ocasiones como ésta que hemos conocido en las últimas horas mueren ahogados en el Mediterráneo. Algunos de ellos afganos como Ali que huían del régimen instaurado hace año y medio por los talibanes.
¡Ah! Y mi posdata: Más de 600 condenados por delitos sexuales se han beneficiado ya de la ley del 'solo sí es sí'. Este dato es el oficial, resulta una estimación a la baja, porque no todos los tribunales superiores dan sus datos.
Al respecto, la Audiencia de Sevilla ha reducido de 12 a 7 años de cárcel la pena a un varón por una agresión sexual cometida sobre una anciana a la que además asesinó. Su pena de cárcel queda reducida de 27 a 22 años, a cuenta de la ley del 'solo sí es sí'.