Expósito: "Y serán capaces de repetir las elecciones..."

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Los periodistas y los políticos, los políticos y los periodistas nos retroalimentamos. Hasta el hartazgo. Unos y otros. Ellos y nosotros dependemos de la agenda, de las declaraciones, de las mentiras, de las ocurrencias, de las estrategias. Y todo ello, los políticos y los periodistas, provocamos un hartazgo insufrible en el electorado, en nuestros oyentes o lectores y parece que no nos damos cuenta o que no nos importa. Y así perdemos lectores por plastas y se pierden  votantes por lo mismo. El espectáculo de los últimos días entre Ciudadanos y Vox; Vox y PP;  PP y Ciudadanos; Podemos y Pedro Sánchez; el PSOE con Bildu o el PNV con el PSOE  está siendo inenarrable.

Me pregunto. ¿A quién favorece este carajal? ¿De verdad hay alguien, de entre los actores de este lío, que quiere unas nuevas elecciones? La respuesta es que yo me temo que sí.  Empezando por el presidente del Gobierno y el PSOE. Vamos a ver. La economía marcha por inercia, por las reformas que puso en marcha Rajoy y por sus presupuestos que, recordemos, van a ser prorrogados por segunda vez. A la vez, Sánchez y los suyos, que de otra cosa no, pero de estrategia saben un rato, están viendo a su derecha cómo Ciudadanos no se aclara, se complica con disidencias y padece problemas de crecimiento entre adolescente e infantiloide.

Pero es que a la izquierda del PSOE van a peor todavía, porque han comenzado a pasar los pagos de la hipoteca del casoplón de Galapagar tras el periodo de carencia. Y claro, Podemos ha estallado. Así que, según Pedro Sánchez, que se cuezan en su propia salsa. A fuego lento hasta unas nuevas elecciones. Al PP, dentro del cristo del centro hasta la derecha, tampoco le vendría tan mal. Porque el espectáculo de Vox y Ciudadanos es indescriptible y porque ya nos hemos aprendido la ley electoral.

Ciudadanos no se aclara. Que si no me hago la foto con Vox en Murcia, que si me reúno de tapadillo con Vox en Madrid, que si no me junto con el PP en Navarra, que si me llama Pedro Sánchez paso de ir. Y todo a la vez que en la dirección me salen fugas por todas las rendijas entre partidarios y contrarios a una abstención en la investidura. O sea, que en unas nuevas elecciones, Ciudadanos caería en votos y escaños por mucho que Tezanos haga alquimia.

Podemos se cree que están en la asamblea de la facultad en la Complutense. Lo mismo da la enésima entrevista en La Sexta que una reunión en Moncloa, una carta en ‘La Vanguardia’ o un speech de Monedero en su televisión iraní. Cualquier tribuna es buena para reptar, arrastrarse, suplicar, llorar, rogar y pedir un ministerio. De lo que sea. 

En unas nuevas elecciones, los de Pablo Iglesias se iban a dar una leche de impresión. Y lo saben. Y seguirán pasando los recibos de la hipoteca. Y nos queda Vox. El ejemplo perfecto de cómo resulta más difícil gestionar el éxito que el fracaso. Entre salidas de pata de banco, órdagos imposibles, insultos y cesiones, le pasa algo parecido a Ciudadanos. Que no se aclara. Los motivos del cabreo de sus votantes permanecen, si no se incrementan, gracias a las provocaciones de los independentistas catalanes pero, a la vez, muchos de esos votantes han visto que Sánchez sigue ahí. Y que si hay nuevas elecciones, seguirá más cómodamente todavía. Así está el patio, sin que a nadie le importe. 

Y no se dan cuenta. La desinstitucionalización va de la mano del bochorno. La falta de respeto provoca la desafección de la gente. Y las mentiras, que empiezan provocando risas, pasan a ser ridículos y terminan siendo vergüenzas. Y serán capaces de volver a pedir el voto en mítines  debates, carteles y redes sociales. ¿qué te apuestas?

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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