Expósito advierte: "Si se dice la verdad, ni Pablo ni Pedro lo soportarían"

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El director de 'La Linterna', Ángel Expósito, critica los cambios de criterio con respecto a las cifras de los fallecidos por el coronavirus y la gestión de la pandemia que ha hecho el Gobierno.

Sin duda, el mayor escándalo, lo que me revuelve las tripas y la conciencia. Lo que me resulta más inaudito de la gestión imposible de toda esta crisis de la pandemia del coronavirus, sin duda, lo peor es el desastre en torno al número de muertos.

Se nos olvida, se les olvida que detrás de cada número hay un nombre propio. Y una historia. Y un futuro... amplio o corto. Hablamos y hablan del número de fallecidos como si fueran datos del IPC, datos de una estadística, porcentajes de una encuesta del CIS, cuando en verdad, esos muertos son tu padre, tu madre, tu hermana o tu marido. Los registros civiles añaden 13.000 muertos desde el inicio de la pandemia.

Teletipo de Europa Press: Se han producido 43.034 fallecimientos más de los esperados en una situación normal: se estimaba que en este periodo se iban a producir 77.817 muertes, pero el sistema contabiliza 120.851.

Expósito, sobre las cifras de los fallecidos por coronavirus

Al pan, pan y al vino, vino. La inhumanidad que está demostrando la política en la gestión de la pandemia es lo peor. Porque el pacto con Batasuna es una bajeza política; las chulerías de Pablo Iglesias son eso, bravuconadas de un chavista. Los decretos, las alarmas, las clases de geografía son bla, bla, bla y politiqueo.

La clave. El emblema del desastre en la gestión del coronavirus son los muertos. Y, en concreto, que sigamos sin saber cuántos de los nuestros han caído enfermos de coronavirus.

El último eslabón en la cadena de los despropósitos, el baile de cifras. Que así, por arte de magia, como si Fernando Simón fuera el mago Houdini que desaparezcan 2.000 muertos.

Vamos a ver, esas personas, con nombre y apellidos ¿se murieron o no? ¿Dónde están? ¿Quién es el responsable de esa calamidad estadística? ¿A nadie se le cae la cara de vergüenza por inhumanidad? ¿Era esto lo de gobernar para la gente? Pues vaya chasco.

Lo único evidente es que España somos el segundo país --oficialmente-- con mayor ratio de muertos por habitantes. Y digo lo de oficialmente porque todos sabemos, y el gobierno el primero, que los muertos por coronavirus son casi el doble.

Dice el Gobierno que los muertos por la pandemia son, insisto, 2.000 menos que hace tres días. Estudios que aúnan los registros, las funerarias, los juzgados y hasta las listas de pensionistas de la Seguridad Social hablan de 50.000 muertos.

¿Puede haber mayor escándalo para un país, para una sociedad, para una sociedad libre y democrática, puede haber mayor vergüenza para un estado de derecho que mentir a sabiendas sobre tus, nuestros, mis compatriotas muertos?

Se calcula que el 80 por ciento de los fallecidos son mayores. Más allá de la virulencia del puto virus hacia nuestros padres o abuelos, ¿somos conscientes de lo que han sufrido hasta que se hayan muerto los muertos? ¿Solos?

Más allá del engolamiento de Sánchez cuando sobreactúa durante las chapas que nos mete los fines de semana, más allá del populismo y la manipulación droga vicepresidente, esos mayores ¿no se merecen que, al menos, se les contabilice como es debido?

Expósito, sobre las cifras de los fallecidos por coronavirus

En el fondo, el motivo de ese ocultamiento nos lleva de nuevo a la política. Esa mentira de miles y miles de fallecidos nos empuja a lo peor. Y es que, si se dice la verdad del escándalo en su inmensa magnitud, ni siquiera Pablo y Pedro lo soportarían. Porque quiero creer que se les caería la cara de vergüenza. O no. O tampoco.

Y todavía hoy, cuando empieza oficialmente el luto (ya les vale... qué cinismo) aun hoy nos siguen mintiendo con la cifra total.

Pedro Sánchez no visitó la morgue del Palacio de Hielo para no hacerse una foto tan fea, rodeado de ataúdes y soldados llorando. Ni él ni el vicepresidente ¡Oh líder, mi amado líder! visitaron una residencia de ancianos por miedo. No acudieron al IFEMA para evitar la pitada. Y ellos y el Iván Redondo de turno y el ejército de asesores y asesoras saben que lo que digo es totalmente verdad.

El cese de Pérez de los Cobos, la movida con la Guardia Civil, la renta básica o el rescate europeo tienen su importancia. Mucha. No seamos necios, faltaría más. Pero la clave son tu padre, tu hermana o tu esposa que han muerto solos. Ella sola y ni siquiera valen para que les cuenten en una estadística.

Los soldados de la UME descubrieron abuelos muertos, hasta que lo denunció Margarita Robles, por cierto. Los bomberos han rescatado cadáveres solos en sus casas, el personal de las residencias en su inmensa mayoría mujeres inmigrantes se han dejado la vida y se han contagiado cuidando y ayudando a morir a nuestros padres y abuelos.

¿Para qué ni siquiera se les cuente? Mucho luto, mucha bandera a media hasta tres meses después y nos siguen engañando como si fuéramos imbéciles. ¿Y sabes qué? Que visto lo visto, les funciona. Ahí les tienes.

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