Enamorarse de un asesino: la psicóloga Marta de Prado explica a qué tipo de mujeres les atrae la hibristofilia

Releer las cartas que se mandan, engancharse a cualquier información que se publique en los medios y tratar de atenuar las penas; entre los comportamientos habituales

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La psicóloga Marta de Prado enumera los perfiles de las mujeres que sufren hibristofilia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Hace varios días se dio a conocer que el único condenado por el asesinato de Marta del Castillo, Miguel Carcaño, quiere tener un hijo con su pareja. Esta joven se puso en contacto con él mientras estaba en la prisión de Herrera de La Mancha. Sin embargo, no fue la única mujer de la que recibió cartas durante su estancia en la cárcel.

Tal y como apunta el periodista de ABC, Pablo Muñoz, la ciencia no ha dado ningún nombre a este tipo de comportamiento. Se conoce como "hibristofilia", aunque a los expertos "no les convence por no estar reconocido como una parafilia en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales". Sin embargo, habla de las personas que sienten atracción sexual por gente peligrosa o que comete delitos graves.

"Encandiladas, atendidas y escuchadas"

El de Miguel Carcaño no es un caso aislado. En el ámbito nacional hay otros casos como el del asesino de la Catana, José Rabadán; el del asesino de la Ballesta, Andrés Rabadán; o el del asesino y violador Guillermo Fernández Bueno. Muchos recibieron multitud de cartas de admiración "y se declaraban abiertamente".

Estas mujeres se sentían "encandiladas, atendidas y escuchadas" por estos delincuentes. Así lo explica la psicóloga y forense, Marta de Prado en 'La Linterna'. "Lo consideran una relación de pareja. Una relación no consiste en cartas o en llamadas de teléfono. No estamos hablando de una relación tranquila, estable y segura", apunta.

Pueden trabajar en los centros penitenciarios, donde "les dan algo que en la calle no encuentran". Les hacen sentir que "se encuentran atendidas porque las van a necesitar". Por otro lado, las que están fuera de la prisión, suelen tener "una imagen irreal de ellos, lleno de romanticismo obsesivo".

Los perfiles de hibristofilia

Entre sus comportamientos está el releer las cartas que se mandan, engancharse a cualquier información que se publique en los medios sobre su caso e, incluso, tratar de atenuar las penas llegando a arruinarse por ello. "Son personas más adolescentes, por hacer, en crecimiento todavía", desvela.

La psicóloga clasifica los perfiles de estas mujeres en cuatro tipos.

El primero de ellos es la salvadora, con un "perfil maternal". Piensan que han sido capaces de cambiar el carácter violento "o que con ellas no se dan". La idea fundamental es que su amor ha conseguido cambiar todo. "Es habitual que esta gente haya crecido en un entorno donde la culpa y el perdón forma parte de su educación, como el caso de la pareja del asesino de la Catana. Esa curación les da mucho sentido a la vida", comenta de Prado.

El segundo es la "instrumentalizadora", la que busca una "motivación secundaria". Esta puede ser por la fama que lograría apareciendo en los medios de comunicación o el dinero que podría ganar haciendo entrevistas. "Normalmente, tienen baja autoestima, se sienten cosificadas, se utilizan ellas mismas como un objeto. También tiene una imagen irreal", añade.

En el siguiente grupo estarían las que relacionan violencia con poder. Este tipo de relación se investiga en el mundo animal, donde la hembra busca el refugio del macho más dominante. "Aplicando al caso que nos ocupa, significaría que alguien que me quiere, mataría por amor a mí. No están viendo la otra cara de la moneda y no valoran el peligro que ellas mismas corren", dice la psicóloga.

Por último, encontramos las mujeres delincuentes. En este caso, se subdivide en las que son "marionetas de un psicópata manipulador, actuando a merced de lo que ellos estén pidiendo". Igualmente, están las que comienzan una relación con ellos y sus conceptos de moralidad y ética "crecen al lado del amor de su vida".

Conseguir su "objetivo vital"

Marta de Prado concluye insistiendo en que el psicópata va a instrumentalizar. "Es incapaz de experimentar emociones, tampoco el amor", utilizando al otro para conseguir "sus beneficios, focalizados en el narcisismo". Si en su cabeza está el formar una familia, encontrará la forma. Para lograr su "objetivo vital", pueden hacer sentir a la otra persona querida y atendida.

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