El homenaje al subteniente Delgado y el regreso de su viuda, 30 años después, al lugar que lo cambió todo
Expósito cuenta la historia de Paqui y su emotivo regreso a donde vivía junto a su marido, el subteniente de artillería Francisco Delgado Peña
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“Decir adiós es algo más que un simple acto de despedida, muchas veces adiós no es más que un hasta luego y, otras muchas, nuestras despedidas son para siempre”. Así comenzaba a contar este martes el director de La Linterna, Ángel Expósito, la historia del subteniente Francisco Delgado Peña, al que han dedicado un homenaje junto a la Embajada de España en Argel.
Una historia que cuenta con un recuerdo de lo que ocurrió hace tres décadas en la capital argelina y el regreso de su viuda, Paqui, al lugar que lo cambió todo. Un regreso en la memoria que arranca en Algeciras y, a su vez, ha resultado ser un cierre de capítulo a una historia emocionante de pérdida y de lucha.
Quién fue el subteniente Delgado Peña
Francisco nació en 1952 y se crió en el pueblo cordobés de la Carlota, en el seno de una familia trabajadora. Siempre arropado por uno de sus profesores del colegio, que vio potencial en él, y le animó a que estudiase Magisterio. No obstante, la 'mili' se interpuso en su camino y su carrera de profesor terminó en el Ejército, donde se especializó en artillería.
“Un día fui con una amiga, hice una parada de estudiar y coincidimos en una cafetería, donde le conocí”, cuenta la propia Paqui en los micrófonos de COPE.
Con los años conoció a Paqui, una chica de Algeciras de apenas 18 años que le robó el corazón. Se casaron y formaron una familia cuando nació el pequeño Ismael. Pero un viaje apasionante les esperaba en el camino: a Francisco (al que conocían como Paco), le habían concedido una plaza de cuatro años en la Agregaduría Militar de España en Argel, la capital de Argelia. Así, en 1991, unos años difíciles en los políticos y social en el país argelino, la familia del subteniente se marchó a territorio africano con Paqui e Ismael, sin saber que en dos años la vida de todos cambiaría por completo.
La tragedia y el regreso de la viuda del subteniente, 30 años después
“Mi padre había decidido perder peso, comenzó a jugar a muchos deportes, como el squash, y una de las cosas que empezó a hacer fue ir en bicicleta. En una calle de un carril en cada sentido él iba cuesta arriba cuando, un coche que viene de frente pierde el control, derrapa, y se va contra él”. Es el relato de Paco, uno de los hijos del subteniente. Porque sí, Paqui estaba embarazada en 1993 y, tras la insistencia de su marido, decidió marcharse de vuelta a España cuando ya llevaba 30 semanas de gestación.
Sólo 15 días después de salir de Argelia, un accidente se lleva de cuajo la vida del subteniente Delgado, dejando solas a su mujer, su hijo de 6 años y otro que aún quedaba por nacer. “Yo tenía un padre, no lo he conocido, pero tenerlo lo tengo y sé que existió, tengo fotos y sé que me parezco mucho a él, y he tenido la inmensa suerte de tener una madre que se ha podido dedicar en cuerpo y alma a criarme a mí y a mi hermano”, relata Paco, el hijo que nació sólo dos meses después del accidente.
Una placa “en honor al subteniente Delgado Peña”
Paqui nunca volvió a Argelia después de aquello, hace más de 30 años dejó atrás su casa, sus paseos, la embajada o su restaurante favorito. En Argel se quedó también la ausencia de Francisco, las conversaciones con amigos como Bernardino León Gross, por entonces cónsul de España en Argel: “Lo que había eran muchas reuniones en casa, yo montaba cosas en mi casa y le invitaba; es un palo muy gordo, cuando ocurrió lo pasamos todos mal, porque Paco era especialmente buen tipo”.
La herida que supuso la pérdida de Francisco estaba cerrada pero no había sanado del todo. El pasado 8 de junio de 2024, 31 años después, Paqui y sus hijos han vuelto a Argelia: “Entiendes todo, mi madre siempre ha dicho que los de Argel son los dos mejores años de su vida; entiendo el contraste de vivir esto, que pase una desgracia y, de un día para otro, todo se esfuma”, cuenta Paco, que ha podido ver con su madre el lugar donde se marchó el subteniente, ha rememorado los sitios por dónde se movía, y una placa situada en el patio que comparten la Embajada. Una placa de homenaje “en honor al subteniente de Artillería, Don Francisco Delgado Peña”.
“De las embajadas donde he estado es el único caso que he conocido, no creo que sea habitual; es un gesto bonito y entrañable, porque la gente suele desarrollar en este tipo de casos un rechazo al país donde ha ocurrido”, comenta León Gross en La Linterna. El por entonces cónsul rememora que “Paco fue muy feliz allí, una persona a la que no recuerdo sin una sonrisa en la cara”, añade.
Por su parte, Paqui asegura que este era “un capítulo que tenía que cerrar” en su vida. “Si me quedo con algo maravilloso es el acercamiento de su hijo a su padre, para mí es el premio de todo esto; me emocioné cuando me dijo que ahora me entendía y todo lo que le había contado de su padre”.