Los Sanfermines dicen adiós a una figura histórica de las fiestas tras 61 años: "Es complicado sustituirme"

Aurelio se sincera en La Linterna tras decir adiós a su puesto, crucial en las fiestas de Pamplona, tras más de seis décadas: "La mayoría se retira a los 40 años"

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

La fiesta de los Sanfermines dirán adiós este año a la que ha sido una figura histórica durante más de 61 años. Se trata de Aurelio, que ha explicado él mismo en La Linterna los motivos por los que se despide de su función crucial en el inicio de los festejos en la capital navarra. Y es que, destaca, “ha sido complicado de sustituir” en las últimas décadas.

Una historia que hemos conocido este lunes en COPE y que narraba el propio director del programa, Ángel Expósito: “El culto cristiano resulta impensable sin la música. Ya desde la Edad Media era el vehículo que unía a los feligreses con los clérigos en esa llamada a Dios. Ten en cuenta que la población no sabía leer, las canciones eran la mejor forma de practicar la religión. Justo en esa época, en el año 1206, se formó la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona, que ahora es una de las instituciones más antiguas de Navarra”, narraba el comunicador de COPE.

Los Sanfermines dicen adiós a una figura histórica

Y da la casualidad, de que hasta este año, Aurelio Sagaseta, el maestro de esta capilla, también era el más veterano de toda España. Tiene 88 años y este año será el primero que no dirija el concierto de las vísperas de San Fermín después de 61 años. Por sus manos han pasado más de 280 profesionales como la soprano María Bayo.

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Escucha la entrevista a Aurelio Sagaseta en La Linterna, tras decir adiós al concierto de San Fermín

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La vida de Aurelio ha estado marcada por la música desde que era muy pequeño. Todo empezó en su pueblo, en Ituren, una localidad de apenas 500 habitantes. Ahí, cuando solo era un niño, ya iba al colegio imitando y bailando al ritmo de los cencerros y eso es lo que él cree que le dio ese oído musical. A partir de ahí, comenzó su carrera, que le llevó a lanzar su carrera y a estudiar música en Roma, como explica en La Linterna: “Los cencerros son una figura ancestral, es muy bonita y educativa, la llegada a la música a través del ritmo puede ser educativo. Luego empiezas con el organista local, luego pasas al seminario, al conservatorio, con una beca estuve en Roma tres años también...”

Aurelio ha sido capaz de combinar su vocación religiosa con su vocación por la música. Era maestro en la catedral, Director del Conservatorio Superior de Música de Pamplona y presidente de la sección de Música de la Academia de Bellas Artes de San Fernando: “Siempre esta relación de lo civil eclesiático, conservatorio o catedral me ha sido bien para la selección de instrumentistas de voz, he viajado mucho como Nueva York, donde dimos 7 conciertos, hasta Japón o muchos países de Europa”

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Por qué han tardado tanto en sustituir a Aurelio

Una gran carrera a sus espaldas en la que tampoco ha faltado la composición pero, esta es una de sus espinas clavadas, y eso que ha compuesto más de 100 obras propias. “El trabajo en la capilla ha impedido la fase de composición, muchas obras de ahora son de ese momento de Roma que mirabas esa composición”, explica el propio Aurelio a Ángel Expósito.

A lo largo de los años, como sacerdote, ha podido ver cómo muchos jóvenes se han ido alejando de la Iglesia, pero él confía en que la música les puede llevar de vuelta. Cuando el coro empieza a cantar la gente se mira, empieza a cantar en bajito, y entre todos, consiguen un momento de unión. A veces incluso es el principal motivo para ir a misa: “La catedral se llenaba antes porque iban a misa, ahora vienen mas bien por la música, y el mensaje de la música en sí mismo y los textos que son muy buenos, bíblicos o poéticos, yo nunca les pregunto pero algo les produce y algo les queda”

61 años de profesión dan para mucho y es difícil elegir uno de los momentos que más te ha marcado, pero Aurelio, lo tiene claro. Entre sus recuerdos está un día muy especial: el día que inauguraron la catedral después de restaurarla en 1994. La atmósfera, el repertorio y el sonido de ese primer concierto han quedado grabados en su retina para siempre.

“El claustro es una maravilla, tiene una acústica excelente, a catedral menos. Pero cuando la catedral está llena, que sucede pocas veces, como ese día, me resuena todo distinto, cambia todo y la acústica es distinta. No hay otra experiencia igual”, asegura en COPE.

Esta semana es una de las más especiales del año en Pamplona. Este 6 de julio empiezan las fiestas de San Fermín y ese mismo día se celebran las vísperas con una de las misas más esperadas del año, tanto por los pamploneses como por los propios clérigos y miembros del coro. Este año es el primero que Aurelio Sagasta no va a estar al frente pero, aunque le da pena, lo va a vivir desde una posición privilegiada, al otro lado del coro. Pero, ¿por qué Aurelio dice adiós a su rol en los Sanfermines?

“En las vísperas, el comienzo, hay una primera pieza que es el comienzo real de las fiestas durante siglos en Pamplona y este año, después de 61 años, dejo el coro que está en buenas manos, lo lleva la Orquesta Sinfónica de la Capilla de Música. He dicho que quiero bajar al presbiterio, que es donde están los presbíteros. Voy a ir allá y a ver cómo suena desde abajo, que nunca me lo he imaginado”.

Un músico y un aficionado de esta talla no es fácil de encontrar y, por supuesto, tampoco es fácil de sustituir. Por eso, han pasado 60 años, porque no encontraban a la persona adecuada. Mientras que en la mayor parte de capillas de música en otras catedrales, los maestros suelen estar unos 40 años.

“En mi caso, aparte de que me ha acompañado la salud me gustaba el oficio y no encontraba otro para sustituir, no es tan fácil dar con el perfil de músico de iglesia, archivos, liturgias... Complicado en este momento, por eso han tardado tanto en encontrar sustituto”.

Poner punto y final a su trayectoria después de 61 años, no ha sido un trabajo fácil, ni para él ni para los 35 miembros del coro. Todos le van a echar mucho de menos en estos San Fermines, pero le seguirán viendo cada vez que vayan a la catedral.

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