Un profesor de Turismo de Málaga aclara si se debería cobrar por entrar en la Plaza de España
La Linterna analiza el impacto que tendría la propuesta del alcalde de la capital andaluza y hacía que modelo turístico va el país
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Por su formación, turismofobia puede entenderse como la "aversión o rechazo al turismo en general", en los medios la empleamos ya desde hace tiempo para aludir, de forma más específica, al rechazo a la 'turistificación', modelo turístico caracterizado por la masificación y las consecuencias negativas sobre la población y los trabajadores.
De hecho en los últimos año han sido muchas las ciudades, los gobiernos, los vecinos e incluso los investigadores que buscan formas para huir del turismo masivo y que residentes y turistas puedan encontrar un modelo en el que convivir. Algunos residentes de Madrid explican a La Linterna que “el turismo se ha incrementado y sólo hay que remitirse a los datos del INE, a veces resulta agobiante”. Otros valoran que es “positivo” que vengan turista y que nos quejaríamos “si no viniesen”.
El caso de la Plaza de España de Sevilla
Si nos fijamos en los datos, España recibió más de 85.000.000 turistas internacionales en 2023, superando todas las previsiones y estableciendo una cifra récord. A esto hay que añadir el movimiento de los españoles en nuestro propio más: 2023 terminó con más de 60 millones de desplazamientos.
La Sagrada Familia con casi 5 millones de visitas, el Museo del Prado con casi 3 millones y medio, la Alhambra con 2 millones y medio de visitantes, la Catedral de Palma, la Catedral de Santiago o la Plaza de España de Sevilla son algunos de los lugares más visitados en nuestro país. Precisamente la polémica la ha levantado esta última, que propone cobrar a los que la visiten.
El propio alcalde de la ciudad hispalense, José Luis Sanz, ha deslizado que la entrada a cobrar podría rondar los 3 euros, y eso se traduce en 9 millones y medio de euros para las arcas del Ayuntamiento. “Gracias a ello podemos establecer un sistema de seguridad 24 horas y un taller de restauración para el monumento”. Se calcula que un 80% de los visitantes que llegan a Sevilla pasan por la plaza de España, aunque no hay datos más concretos porque no hay un control de entrada.
Hay cierta polémica porque, aunque la plaza es de titularidad municipal, los monumentos están bajo el paraguas de Patrimonio, que depende del Ministerio de Hacienda. La propia ministra ha dicho en redes sociales que con ellos no cuente.
¿Se debería cobrar por entrar a la Plaza de España?
Enrique Navarro, profesor de la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga, asegura que no hay una respuesta fácil a si se debería cobrar entrada en la Plaza de España, “porque en el turismo se cobra por muchas cosas”. Eso sí, señala que la clave está en dos factores. El primero es que “siempre que se plantean beneficios del turismo hablan de los ingresos, pero nunca los gastos de la administración pública”.
“En realidad no sabemos los beneficios económicos”, critica el profesor de la UMA que, matiza, aunque existan los beneficios inducidos, “la reflexión es que no incluimos el costo”.
La segunda clave, continúa Navarro, es que el turismo funciona planteando “un uso del espacio público pero beneficioso para las empresas privadas”. “Chrirría cuando alguien dice que el sector tiene problemas de rehabilitación y falta dinero en el sector publico. ¿Qué pasa? ¿Que solo planteo ingresos y no gasto? Si tengo que aumentar los gastos, aquello de que el turismo empieza a ser beneficioso hace aguas”, critica.
¿Es sostenible el modelo de turismo?
“Todo lo que no tenga un límite no es sostenible”, subraya el experto en turismo, que insiste en que “el crecimiento ilimitado”, en referencia al sector, “siempre genera otra serie de problemas, desde la vivienda a los precios o la inflación”. Incluso habla del problema que supone la 'monofuncionalizacion' de los espacios y las consecuencias que deja cuando desaparece el turismo en esas zonas.
“No tenemos un modelo, si no múltiples modelos”, aclara. Para el profesor, no es lo mismo el modelo de un área de Segovia rural, que dinamiza la zona con dos restaurantes y un hotel, que colocar un hotel en Málaga, Sevilla o Barcelona. “No es lo mismo la disrupción que han creado las viviendas turísticas en el centro de las ciudades de la que ha creado en los litorales. Sí que hay que repensar constantemente a dónde vamos, tenemos límites”, concluye.
Así, reconoce que no todos los residentes llevan razón planteando sus necesidades, “porque no todos tienen las mismas”. “El alquiler de la vivienda es muy capilar, está muy engrosado en la capital. Yo me quejo de que a mi hijo le están alquilando el piso caro, pero yo tengo un piso y también lo estoy alquilando caro”.