Ricardo, antidisturbios: "Los ultras suelen ser chavales encapuchados que no saben lo que hacen"
El policía UIP de Madrid explica en La Linterna cómo se organiza un dispositivo antes de unas protestas multitudinarias
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ricardo es antidisturbios, forma parte del grupo primero de la UIP en Madrid, ha estado en Barcelona durante el 1 de cotubre y durante las concentraciones 'Rodea el Congreso' y es delegado del sindicato policial JUPOL. Así, ha explicado este miércoles en La Linterna cuál es el perfil de los manifestantes ultras que revientan las protestas, como ha ocurrido en las de Ferraz recientemente.
“Lo que solemos ver son chavales encapuchados entre 18 y 25 años que, normalmente, no saben muy bien lo que están haciendo”, explicaba el agente a Ángel Expósito. “En el caso de manifestaciones lo hemos visto en épocas anteriores, las hay comunicadas, pacíficas, numerosas, en las que se infiltran gente de colectivos extremistas de derechas e izquierdas y las revientan, normalmente al final”, aclaraba. Algo similar, precisamente, ocurría este martes frente a la sede socialista en Madrid.
“Si hablamos de dispositivos deportivos, nosotros estamos acostumbrados a partidos de alto riesgo con 80.000 personas y no hay incidentes”. En el caso de los violentos o ultras hacemos un traslado. Normalmente la minoría suele ser la minoría de la más minoría”, añade.
¿Quién manda en una manifestación?
Ricardo ha querido detallar también este miércoles en COPE cómo se estructura la organización de un dispositivo policial para frenar una manifestación masiva. “Hay un jefe de dispositivo, dependiendo del tipo puede ser un inspector jefe, en más grandes sería el comisario de unidades y, a partir de ahí, hay unos coordinadores por grupos más o menos de 40 se va ordenando cada zona que cubre”.
Hay una cosa que el agente de la UIP tiene claro: “si no estás preparado y no te ves para esto es una tontería estar donde estamos”.
Por último, respondía Ricardo si los antidisturbios son un colectivo poco reconocido y demasiado criticado en nuestro país. “Un tema que debería tratarse es que seamos los malos de la película siempre”.
“Somos la policía más importante cuando las cosas están mal, pero somos la policía peor tratada en el cuerpo. Las condiciones laborales horarias no van acorde a cómo deberíamos trabajar. No estamos reconocidos profesional y laboralmente”, concluía.