San Clemente: la historia del Papa mártir que conecta con los orígenes de Ucrania y el milagro que permitió recuperar su cuerpo

Emilio Sáenz-Francés, historiador, recuerda en La Linterna las muertes más importantes relacionadas con sucesores de San Pedro hasta Francisco

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La pintura de La Visión de la Trinidad ante San Clemente, de Giovanni Domenico Tiepolo

Paco Delgado

Madrid - Publicado el

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En un programa especial de La Linterna desde el Vaticano el director del programa, Ángel Expósito, ha charlado con el historiador Emilio Sáenz-Francés, profesor de Historia y Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas, sobre cómo los papas han enfrentado la muerte a lo largo de los siglos. La charla, dividida en tres bloques, abarca desde los primeros papas mártires hasta las muertes en soledad de los pontífices modernos, destacando especialmente la figura de San Clemente, cuarto papa de la Iglesia.

 Los papas mártires: San Clemente y la universalidad de la Iglesia  

El primer bloque, dedicado a los papas mártires, aquellos que entregaron su vida por la fe en los primeros siglos del cristianismo. Emilio Sáenz-Francés destaca que, durante el Imperio Romano, cerca de 30 papas sufrieron martirio en un contexto de persecuciones que abarcó aproximadamente 130 años. Entre ellos, resaltó la figura de San Clemente, cuarto sucesor de San Pedro, cuyo martirio conecta con “desafíos actuales” de la Iglesia.

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El martirio de San Clemente I

San Clemente fue deportado a Crimea en tiempos del emperador Trajano, donde trabajó en condiciones de esclavitud hasta encontrar la muerte. Según una versión de la historia, fue atado a un ancla y arrojado al mar por negarse a adorar a Júpiter. Sin embargo, su cuerpo habría sido devuelto a la costa por las olas para ser venerado. Parte de sus restos permanecen en Inkerman, Crimea, mientras que otros fueron trasladados a Roma por los santos Cirilo y Metodio, considerados padres espirituales de Ucrania.

"Este martirio nos habla de una Iglesia ya universal en sus inicios y que, curiosamente, se relaciona con conflictos actuales en la misma región", señaló Sáenz-Francés, refiriéndose a las tensiones en Ucrania. La historia de San Clemente, según el historiador, es un ejemplo de cómo la Iglesia ha estado presente en los desafíos geopolíticos desde sus orígenes.

 Muertes violentas: la era oscura del papado  

El segundo bloque aborda las muertes violentas de los papas, concentradas en la Edad Media y el Renacimiento, períodos marcados por la inestabilidad política y las luchas de poder. Sáenz-Francés describe en COPE esta etapa como "oscura", con papas víctimas de conspiraciones, envenenamientos y actos de violencia. En solo 150 años, hubo 48 papas, una cifra excepcionalmente alta comparada con períodos posteriores.

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El papa español Alejandro VI

Entre los casos más notables menciona a Esteban VI, quien desenterró y juzgó a su predecesor, y a Alejandro VI, el papa Borgia, conocido por su vida mundana y su muerte por envenenamiento. "Estos papas reflejan lo peor de una época en la que la Iglesia no siempre logró trascender los vicios de su tiempo", explicó el historiador.

 La soledad del pontificado: de Pío VII a Francisco  

El último bloque se ha centrado en la muerte de los papas en soledad, una característica que, según Sáenz-Francés, define a los pontífices modernos. Desde Pío VII, contemporáneo de Napoleón, hasta Francisco, los papas han fallecido por causas naturales, pero siempre en un contexto de aislamiento propio del cargo. "Un papa no muere rodeado de su familia, sino en el ejercicio de un sacrificio que trasciende lo personal", afirma el historiador.

El colaborador de COPE cita al escritor Morris West, autor de la Trilogía Vaticana, donde se explora la soledad del pontificado. En una de sus novelas, Las sandalias del pescador, se retrata a un papa ucraniano que asume su destino en soledad, un tema que, según Sáenz-Francés, refleja la realidad de muchos pontífices.

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Retrato de Pío VII

 La Iglesia y la superación histórica  

Al cerrar la conversación, Ángel Expósito pregunta qué lecciones podían extraerse de esta historia y Sáenz-Francés responde que, a pesar de los errores y las épocas oscuras, la Iglesia ha demostrado una capacidad de superación. "Los papas, incluso en su soledad, han estado acompañados por su fe y han contribuido a hacer de la Iglesia una institución más cercana a sus fines espirituales", señaló.

El historiador destacó que la figura del papa, como líder espiritual, sigue siendo un referente en un mundo que parece "desmoronarse". "La historia reciente del papado, con sus luces y sombras, ofrece ejemplos de cómo el ser humano puede aspirar a ser mejor", concluye.

Con más de 2.000 años de historia, la institución papal sigue siendo un testimonio de continuidad y adaptación, demostrando que, como dijo Expósito, "por algo será".

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