"Tengo compañeros a los que les han hecho un secuestro exprés": Así ha cambiado Ecuador en los últimos años
Álvaro Marchante, director de Asuntos Públicos de Atrevia, lleva más de nueve años viviendo en Ecuador y describe cómo se ha llegado a esta situación: "Dan ganas de llorar"
Madrid - Publicado el - Actualizado
5 min lectura
Ayer, cerca de las dos de la tarde, varios encapuchados irrumpieron la emisión de un programa de televisión en Ecuador tomando de rehenes a su personal en medio del directo. Los seis encapuchados entraron por la fuerza, con armas, en el Canal TC Televisión, en Guayaquil, al suroeste del país.
Las Fuerzas de seguridad del Gobierno llegaban a esta cadena de televisión para detener a los jóvenes armados y evacuar a los trabajadores. Este es uno de los ejemplos que nos llegan de un país donde los delincuentes están tomando las calles.
Una de las peores oleadas de violencia en Ecuador
Muchos negocios han decidido cerrar hasta que la situación se calme, mientras que en las calles se pueden ver cientos de vehículos calcinados, pero la revuelta ha ido más allá y ha traspasado los muros de las cárceles donde los delincuentes han conseguido tomar el mando llegando incluso a secuestrar a varios funcionarios.
Esta mañana la sede del Ejecutivo ecuatoriano, situada en el centro histórico de Quito, ha amanecido con un fuerte resguardo militar formado por unos 700 militares y 400 policías. Las Fuerzas armadas ya se encuentran desplegadas por todo el país.
Todas las amenazas van dirigidas hacia el Presidente Daniel Noboa. El expresidente del país Rafael Correa apoyaba al actual presidente e insistía en la unidad nacional. Un gesto que se produjo poco después de que Noboa declarara el estado de excepción en el país.
Al menos una decena de personas, entre ellas dos policías asesinados a tiros, han muerto hasta el momento. Poco a poco se conocen algunas de las medidas para frenar esta violencia. Una de ellas será la de deportar presos extranjeros para reducir la ocupación en las cárceles.
Muchos gobiernos de todo el mundo, entre ellos España, han condenado la violencia que azota Ecuador e insisten en que vuelva cuanto antes la normalidad al país. La realidad es que los asesinatos han aumentado un 800% en los últimos cinco años y que tan solo el año pasado se produjeron unos ocho mil homicidios.
Se suspenden las clases presenciales en todo el país
El Gobierno de Ecuador se ha declarado en conflicto armado. Pero su enemigo no es un país extranjero, son los grupos de delincuencia organizada que han puesto en jaque la seguridad nacional desde dentro de sus fronteras.
Los actos de violencia se han centrado sobre todo en Guayaquil. Una de las imágenes más llamativas es la que se ha producido dentro de las aulas de la universidad de la ciudad, donde varios alumnos y profesores agrupan mesas y sillas en las puertas para que los encapuchados no entren a las aulas. Desde el Ministerio de Educación han suspendido las clases presenciales en todo el país hasta el viernes.
Gustavo Vega, rector de la Universidad Internacional De Ecuador, explica en La Linterna cuál es la situación actual: “El factor miedo se convirtió en pánico y eclosionó en terror. El miedo se vuelve irracional. Ecuador es el país más violento de la región. Hay 40 homicidios por 100.000 habitantes. Estas estadísticas muestran el ascenso vertiginoso de la violencia”.
Ante la difícil pregunta de si se puede acabar con esta ola de violencia, Gustavo Vega considera que “los ciudadanos tenemos que hacer causa común, cada uno en nuestra trinchera. Se ha decretado un conflicto armado interno, lo que equivale a decir “guerra civil” y esperamos que el Ejército pueda poner un alto a la violencia. Tenemos muchas dudas, pero tenemos que lograr que Ecuador vuelva a tener paz. Es muy difícil mientras la economía de la droga impere en el mundo”.
La preocupación de los ecuatorianos fuera de su país
Son muchas las familias ecuatorianas que siguen con preocupación desde España todo lo que está pasando en su país. Son ellos la tercera comunidad extranjera más importante en nuestro país, con más de 400 mil personas. Desde la Embajada de España en Quito han pedido a los ciudadanos españoles que extremen las precauciones y limiten sus movimientos debido a los incidentes violentos que sacuden el país.
Álvaro Marchante, director de Asuntos Públicos de Atrevia en Ecuador, lleva más de nueve años en el país. Llegó en 2014 y, actualmente, reside en Quito. Describe el caos que se vivió el martes: “Todos nos fuimos a nuestras casas y la ciudad colapsó. Ha sido una noche intranquila, cualquier ruido que escuchabas pensabas que podían entrar en tu edificio. La gente está asustada, yo incluido. Ves las noticias y dan ganas de llorar”.
Cuando Álvaro llegó a Ecuador lo describe como “un país tranquilo” aunque “se sabía que había estas organizaciones y que tenías que tener cuidado por la calle”. A medida que iban pasando los años, sobre todo en los últimos desde la pandemia, asegura que “pasabas de no conocer a nadie que hubiera sido asaltado, a tener compañeros de trabajo que les habían hecho un secuestro exprés, que es asaltar a una persona y llevarlo de cajero a cajero para sacar dinero”.
Esta situación está vinculada con el narcotráfico internacional y, en Ecuador, estas organizaciones han encontrado “unas bolsas de pobreza que con la pandemia se agudizó”, advierte Álvaro Marchante. “Esto hace que niños busquen comida y sean involucrados en este tipo de organizaciones”. Las posibles soluciones -según el director de Asuntos Públicos de Atrevia en Ecuador- pasan por “tomar medidas drásticas para controlar las cárceles y las calles, pero mientras no se elimine la pobreza, esta población, que está tan vulnerable, no va a dejar de ver con buenos ojos esta salida fácil”.
La oleada de violencia continúa en Ecuador. Por ahora el balance es de al menos diez personas muertas. Las bandas de narcotraficantes se han apoderado de las calles ante un gobierno que les planta cara y que empieza a dar pasos para volver a la normalidad.