Sucesos en La Linterna: La secta destructiva de Castellón

Un individuo, que se hacía llamar Tío Toni, había montado un grupo de seguidores fanáticos, a los que no solo sacaba el dinero sino que además les obligaba a entregarle a sus hija.

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Sucesos en La Linterna: La secta destructiva de Castellón

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Estamos en pleno siglo XXI, vivimos en una sociedad de la información, y, sin embargo, las sectas destructivas, que se aprovechan de personas en situación vulnerable, aún causan estragos. La operación policial que hoy os vamos a contar se produjo la semana pasada en Castellón y es de una delicadeza tal que casi por primera vez la Policía, que anunció una rueda de prensa para dar algunos detalles de la misma, la tuvo que suspender a última hora por orden judicial. El resumen de lo sucedido es fácil: un individuo, que se hacía llamar Tío Toni, había montado un grupo de seguidores fanáticos, a los que no solo sacaba el dinero sino que además les obligaba a entregarle a sus hijas adolescentes para satisfacer sus deseos sexuales. Este sujeto tenía su base de operaciones en una finca, a la que se impedía acceder a nadie que no fuera del grupo. El caso, hay que insistir, es de una gravedad tal que ni siquiera en este momento se puede dar una idea exacta del mismo.

Como cada jueves, nos ocupamos de asuntos de Sucesos, Interior y Seguridad, hoy con nuestro compañero Pablo Muñoz.

- Antes de entrar en materia, ¿es normal que se suspenda una rueda de prensa de la Policía que ya estaba convocada?

R: No, es completamente inusual. La juez considera que si se hacía esa rueda de prensa se podría haber daño a algunas familias que pueden enterarse ahora de lo que ha sucedido con sus allegados... Hay que tener en cuenta que esta secta destructiva, y digo que es una secta destructiva porque así la ha calificado la Policía, ha estado actuando durante más de 20 años, así que el daño que se ha causado es tremendo. El problema es que cuando se mantiene este tipo de mutismo comienzan a surgir especulaciones, que aún pueden hacer más daño. Es posible que en las próximas horas se difunda una nota de prensa, pero en todo caso va a ser muy sucinta, con pocos detalles.

-¿De qué estamos hablando concretamente?

R: Lo que ha descubierto la Policía es una secta destructiva que actuaba desde hace más de 20 años en una finca de la localidad castellonense de Vistabella del Maestrazgo. En la operación, que se hizo la semana pasada, se detuvo a nueve integrantes del grupo, entre los que se encuentra el cabecilla, Antonio G. L., de 64 años, que se hacía llamar Tío Tony y que decía que era un enviado de dios. Este sujeto, que decía que podía curar el cáncer, tenía una herboristería, había sido curandero y editado dos libros de autoayuda. Con esa pantalla, él y sus secuaces inducían a adultos y menores a mantener con ellos relaciones sexuales y les obligaban a trabajar para ellos. La masía donde vivían contaba con cámaras de vigilancia y otras medidas de seguridad. Algunos de los individuos arrestados están acusados de abusar sexualmente de miembros de la secta, tanto menores como personas adultas, según la denuncia que posibilitó las primeras investigaciones.

- ¿Cómo funcionaba el grupo?

R: Según las informaciones que han trascendido, se trataba de una comuna en la que vivía cerca de una treintena de personas, muchas de ellas niños, alejados de la mirada de curiosos que pudieran poner en peligro su forma de vida. Apenas se relacionaban con el resto de vecinos del pueblo salvo para cuestiones imprescindibles como la compra de alimentación, la escolarización de los menores y los distintos trabajos remunerados que algunos de sus miembros desempeñaban fuera, por los que conseguían un dinero que iba destinado a la comunidad y a los caprichos del líder de la secta, como coches y artículos de lujo. «Vosotros también disfrutaréis algún día de esto», les decía el llamado ‘tío Toni’ a sus fieles. Una de las prioridades del cabecilla de la secta era la discreción, de ahí que no hiciera proselitismo fuera de su entorno, y que fueran sus acólitos los que fueran captando a fieles entre sus familiares. Entre ellos había un pacto de silencio para no revelar las prácticas que allí tenían lugar.

-Entonces, ¿cómo se conoció lo que estaba sucediendo en esa finca?

R: En marzo de 2021 casi una decena de personas que habían estado durante años viviendo en esta comunidad, después de armarse de valor y salir de este círculo vicioso, en el que muchos todavía tenían familiares dentro, contactaron con un experto en sectas. Sin ser conscientes de la gravedad de lo que habían vivido, con un claro sentimiento de culpabilidad, relataron algunas de las prácticas que presenciaron o de las que fueron víctimas directas o indirectas. Después de recopilar información a través de varias sesiones durante meses con este especialista y una psiquiatra, cuatro de ellos dieron el paso y denunciaron ante la Policía Nacional. Sin ese acto de valentía, no habría habido intervención policial y el ahora encarcelado y sus seguidores más fieles habrían podido seguir campando a sus anchas con las siguientes generaciones de adolescentes y mujeres.

-Hay detalles de esta investgación que son muy duros. Sin ser demasiado explícitos, porque no es necesario, ¿de qué estamos hablando?

R: Tio Toni, según la denuncia, mantenía relaciones sexuales con las mujeres de la comunidad, que se producían sin que sus parejas tuvieran conocimiento de ello. Además, las víctimas estaban condicionadas por su líder espiritual y accedían bajo la creencia de que su acción potenciaría el supuesto «poder sanador» del cabecilla, erigido en maestro reiki con sus propias fórmulas. Estos encuentros sexuales con las mujeres adultas, que Tío Toni mantenía en secreto, y por tanto sin compartirlo con el resto de la comunidad, se producían bajo una especie de trance al que decía llegar el cabecilla.

-¿Pero hay pruebas concretas de que esas relaciones sexuales con menores y adultos se producían?

R: Los agentes se incautaron en la masía de objetos sexuales, que presuntamente eran utilizados por el cabecilla en las violaciones a niñas, a partir de los 15 y los 16 años, enmascaradas bajo ejercicios educativos de iniciación sexual. El mensaje que trasladaba a las menores, y a sus padres, es que así sabrían relacionarse con los hombres el día de mañana. Además, hay imágenes de los abusos y violaciones a esas crías, que eran grabadas. La Policía va a investigar si se han difundido los vídeos o el líder de la secta se ha lucrado con su comercialización. Aunque todo apunta a que este sujeto grababa las ‘sesiones’ sexuales iniciáticas para uso y consumo de la propia comunidad.

-Este sujeto está ya en prisión, junto a otros dos de sus secuaces... ¿Se sabe algo de él?

R: Lo que se sabe es que en prisión se está mostrando altivo, maleducado y poco respetuoso. Además hay que decir que tras descubrirse los abusos sexuales con acceso carnal a los que presuntamente sometía Tío Toni a las mujeres de la comunidad mientras sus parejas estaban trabajando, así como al apreciar rasgos físicos del acusado en varios de los menores, varias de las víctimas tienen pensado solicitar pruebas biológicas para establecer la paternidad de al menos cinco niños cuyos supuestos padres tienen serias dudas sobre si son realmente hijos biológicos suyos o del cabecilla de la secta.

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