Ángel Correas: “Rubalcaba ha dejado un estilo propio de hacer política”

El director de 'La Mañana Fin de Semana' recuerda la figura del exvicepresidente del Gobierno fallecido este viernes

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Ángel Correas

Publicado el - Actualizado

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“En España enterramos muy bien”. Es una frase de Alfredo Pérez Rubalcaba cuando dejó la dirección del PSOE en medio de elogios a su figura.

Es una frase con sorna, irónica, que define bastante bien al personaje que la pronunció consciente del momento que estaba viviendo. La retirada paulatina de la política tras una debacle electoral.

Y eso es quizás una de las cualidades de Rubalcaba. Que sabía leer perfectamente el momento político y lo aprovechaba, unas veces con luces y otras con sombras. Por ejemplo, en la parte más polémica, con su intervención en la jornada de reflexión tras los atentados de 11M y en la parte más loable, en su posición de apoyo a la Corona en el delicado momento de la abdicación del Rey Juan Carlos I. Son algunos episodios destacados de una dilatada carrera política en la que Alfredo Pérez Rubalcaba lo fue casi todo en política. Casi.

Le faltó la presidencia del Gobierno. Le faltó ese escalón que no pudo subir tras perder las elecciones generales de 2011 frente a Mariano Rajoy, el candidato del PP.

Y tuvo adversarios, fuera del PSOE pero dentro también. Es de sobra conocida sus desavenencia políticas con el actual presidente del Gobierno. Rubalcaba fue, por ejemplo, quien acuñó la frase de “Gobierno Frankestein” ante un pacto entre PSOE y Podemos.

De hecho, Rubalcaba no ha sido en los últimos tiempos un elemento cómodo para el PSOE de Pedro Sánchez y desde ese punto de vista, el socialismo ha perdido una voz tan autorizada como crítica.

En resumen, Rubalcaba ha sido un animal político y como tal, dotado de instinto y capacidad para moverse en todos los escenarios entre claro oscuros. Buena prueba a de ello fue su paso por el Ministerio de Interior, marcado por una polémica negociación con ETA que a la vez vivió el inicio del fin de la banda terrorista con el golpe a su cúpula. Es innegable que, con todos sus aciertos y errores, ha dejado un estilo propio de hacer política. Astuto e inteligente.

Lo que decía Rubalcaba podía gustar o no, pero daba juego. Mucho juego. Se han escrito ríos de tinta sobre Rubalcaba pero quizás es llamativa la unidad de propios y extraños en recordar su figura en positivo.

Quizás el mayor elogio se lo lleva de su gran adversario en las elecciones, Mariano Rajoy quien le ha definido como un "rival admirable". Dice el expresidente del Gobierno del PP que Rubalcaba “respondía a un modelo de político ahora en desuso. Ni vivía obsesionado por la imagen, ni se perdía por un regate cortoplacista. Sabía mirar más allá del próximo cuarto de hora...”

No deja de ser descorazonadora la sensación de que cada vez que despedimos a un clásico de la política en España acabamos pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor en comparación con quienes están ahora mismo en los escaños. Ojalá sea sólo eso, una sensación. El tiempo dará y quitará razones... y sensaciones.

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