Correas: "Trump no habrá sido el mejor Presidente, pero tampoco ha sido la calamidad que pronosticaron"

"Lo hicimos Joe, vas a ser el presidente de los Estados Unidos” le dice Kamala Harris, futura vice presidenta a Joe Biden. Algo que Donald Trump no está dispuesto a aceptar sin más. El todavía presidente anuncia una batalla legal por fraude electoral.

En una circunstancia normal tendría lugar lo que llaman en estados Unidos el “discurso de concesión presidencial” (presidential concession speech). El tradicional discurso en el que elegantemente el perdedor de unas elecciones reconoce la victoria del rival. No parece que por ahora, Trump vaya a ceder, pero, aún así, el reloj comienza a correr hacia el traspaso de poderes.

La fecha fijada para el juramento de un Presidente, en el capitolio, tradicionalmente es la del 20 de Enero, también llamado InaugurationDay, aunque todo está pendiente de las decisiones judiciales que puedan adoptarse si Trump va a los tribunales.

Desde este momento hasta esa fecha del 20 de enero lo que ocurre son una serie de trámites en los que los delegados votan al presidente y se forma el Congreso, sin sorpresas. Este es el tiempo, 73 días, que tiene Trump para intentar parar o revertir el proceso electoral. Algo muy, muy difícil.

Con los resultados ya en la mano se abren dos caminos, el primero puede ser conocer un poco más a quien va a ocupar uno de los sillones con más poder del mundo. El Despacho Oval.

Joseph Robinnette Biden Jr, Nació en 1942 en Pensilvania, el estado que le ha dado la victoria. En 1972 se convirtió en el senador más joven de Estados Unidos, con 29 años. Sin embargo su nombramiento estuvo marcado por la tragedia. Al mismo tiempo que obtenía su plaza en el Senado perdió en un accidente de tráfico a su primera esposa y a una hija de apenas 1 año y medio y juró su cargo en el hospital donde estaban heridos sus otros 2 hijos. En 2015 uno de ellos falleció por una enfermedad.

Antes de estas elecciones intentó ser candidato en 2 ocasiones y en la última se retiró de la carrera frente a Obama quién luego le nombro vicepresidente.

Uno de los detalles curiosos de su vida es su tartamudez. Según ha contado él mismo, aprendió a superarlo de pequeño, recitando con sus hermanos poesía irlandesa.

Biden sin embargo no ha tenido momentos cómodos. Varias mujeres le han acusado de tocamientos inapropiados y llegó a ser denunciado por acoso sexual por una colaboradora.

El próximo 20 de noviembre, cumplirá 78 años y será el presidente que llega a la casa blanca con mayor edad. Hasta ahora ese record lo ostentaba Donald Trump, con 74 años.

Lo que haga Biden está por ver, lo que ha hecho Trump ya está siendo analizado. No habrá sido el mejor presidente de Estados Unidos pero tampoco ha sido la calamidad que algunos pronosticaron hace 4 años.

De hecho su política económica no ha sido mala. Antes de la llegada del Coronavirus Estados Unidos crecía y había reducido al 3,5% la tasa de paro, la más baja en 50 años. Pero esa política económica ha sido tan proteccionista que abrió una guerra comercial con Europa lo que se tradujo en subida de aranceles, también a productos españoles como el aceite o el vino.

Ahora bien, para guerra comercial la que ha abierto con China con la nueva tecnología 5G de fondo y que ha puesto el mundo patas arriba. Precisamente su política internacional ha sido de lo más llamativo. Es uno de los pocos presidentes que no se ha involucrado en ningún conflicto bélico. Es más, ha propiciado un acuerdo con los talibanes en Afganistán y ha conseguido que los países árabes del Golfo establezcan relaciones con Israel utilizando la existencia de un enemigo común, Irán.

Precisamente con Irán rompió el pacto nuclear que firmó Obama pero su gran foto fue la de reunirse con Kim Jon Un en la frontera del Paralelo 38 entre las dos Coreas, uno de los puntos de más tensión del planeta. La relación diplomática de amor odio que ha mantenido con el dictador norcoreano ha sido de los más llamativo de su mandato.

Se ha quedado a medias con el muro que prometió construir en la frontera con Méjico y tampoco su apoyo ha resultado decisivo para acabar con el régimen de Maduro en Venezuela.

Dos acontecimientos recientes le han complicado a Trump la reelección a nivel interno, la tensión racial y su cuestionable gestión de la crisis del coronavirus.

A ver cómo gestiona Biden todo este legado que puede resultar peculiar pero no calamitoso como algunos esperaban en un principio. Cómo gestiona también la división abierta y que han evidenciado las elecciones y sin olvidar, tampoco, que ha empezado una batalla judicial".