Ángel Correas: "Los argumentos de Sánchez rozan la simplicidad, sobre todo viniendo de un Cum Laude"

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La lectura de moda, el best seller de las ultimas horas, se titula “Innovaciones de la diplomacia económica Española” . Es la tesis doctoral del presidente del Gobierno y si ya no tiene sueño, con esta lectura, puede que caiga en los brazos de Morfeo rápidamente. Yo lo he intentado, he intentado leer la tesis de Pedro Sánchez y a las 20 páginas, más o menos, he de reconocer que lo he dejado. No me ha enganchado. Desde luego no es una novela, es una tesis y no seré yo quien vaya a juzgar el contenido porque el tema ni me apasiona y no tengo ni idea, pero los que si saben dicen que no es ninguna maravilla, que no va a cambiar la economía.

A esta hora, no sólo se discute la calidad de la tesis que fue calificada como Cum Laude, sino también hasta qué punto contiene plagio, si Pedro Sánchez contó con ayuda para realizarla, o bien, si le pusieron un tribunal a medida, digamos que un tribunal poco exigente, como ha publicado el diario ABC.

Pedro Sánchez, el Gobierno, se ha defendido primero tirando de porcentajes a través de los sistemas informáticos Turntin y PlagScan que cotejan documentos. La Conclusión es que los elementos de la tesis que podrían ser un plagio oscilan entre un 1 y un 13%, dice el ejecutivo. En la Cadena COPE hemos analizado la tesis con personal universitario especializado en estos programas y la conclusión, a priori, es que el 17% de la tesis de Sánchez coincide con material ya publicado, si bien no diferencia si al publicación fue antes o después de la tesis. Estos programa detecta similitudes pero no son determinantes. necesitan del pensamiento humano.

El gobierno cierra filas. Tras la publicación de la tesis ha optado por pasar al ataque contra los medios de comunicación que han sacado a la luz las irregularidades en su elaboración o en el tribunal que la juzgó. La tracción práctica ha sido la de enviar diferentes burofaxes exigiendo rectificaciones a las redacciones del diario ABC, El Mundo o al digital OK Diario. Pues a tenor de la portada de hoy sábado del ABC, el gobierno se va a quedar con las ganas de la rectificación. La portada dice así: "Nos ratificamos". Así que ahora está en manos de Pedro Sánchez convertirse en el primer Presidente que carga judicialmente contra la prensa. Si fuera así, está en su derecho. Otra cosa es lo que acaben diciendo los tribunales. El órdago está encima de la mesa y la amenaza a la prensa ha tenido respuesta.

En esa carta a las redacción, la verdad es que los argumentos de la presidencia sorprenden porque rozan la simplicidad, sobre todo viniendo de un doctorado Cum Laude. Por ejemplo, Sánchez se defiende alegando que los párrafos de otros autores que aparecen, literales, en su tesis se citan ya en la bibliografía y ABC recuerda por ejemplo, que cuando alguien fusila un párrafo se debe de entrecomillar y citar la publicación. Que no es una elección sino una obligación sobre todo en una tesis.

Quienes hemos pasado por algún proceso de este tipo, a nivel universitario, sabemos que hay que ser especialmente escrupuloso con el uso de las citas. Es que si no se hace así, puede pasar lo que está pasando y quedarnos con esa sensación de chapuza que desde luego no es propia de una tesis Cum Laude.

Por cierto que en su defensa de Sánchez, Celaá ha llegado a presumir del curriculum del presidente que ahora mismo está puesto en duda. Asegura que es el primer presidente de gobierno que es Doctor. Puesto a mirarlo todo con lupa, un matiz: Sánchez no es el primer presidente del gobierno doctor. Leopoldo Calvo Sotelo, fue presidente del Gobierno en 1981 y ya era doctor en Ingenería de Caminos, Canales y Puertos.

Quién puso en el ruedo la tesis de Pedro Sánchez fue el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien aprovechó una pregunta en el Congreso Sobre Cataluña para pedir al presidente Sánchez que hiciera publica su tesis doctoral. Rivera precisamente no sale indemne de este toma y daca político. La propia portavoz del Gobierno le ha pedido que aclare qué pasa con su curriculum y por qué aparecía como doctorando en la Universidad Autónoma de Barcelona, cosa que éste centro ha negado. Además, para despejar el asunto Sánchez, el gobierno también apunta al Master de Pablo Casado, líder del PP, en la Universidad Rey Juan Carlos. Casado que, por cierto estos últimos días ha tomado más bien un papel de espectador en el toma y daca de Ciudadanos y PSOE.

Vuelan los curriculus de un escaño a otro y no habrá tregua en el asunto porque asistimos a un todos contra todos y esto si que es como para escribir una tesis. Lo último y para rematar es que la Universidad Rey Juan Carlos ha denunciado el borrado masivo de más de 5000 e-mails relacionados con el Instituto de Derecho Publico, el centro que coordinaba los máster de Cifuentes, Casado y la ya dimitida Ministra de sanidad Socialista, Carmen Montón.

Como está el patio. Más que de universidad parece que hablamos de la tuna Universitaria y esto no es ni bueno, ni justo porque en este país hay gente que se lo curra mucho en las universidades. Alumnos con el sacrificio de muchas familias y docentes y profesores sacando adelante investigaciones en condiciones nada fáciles y prestigiando al universidad española con su trabajo. Esa también es la universidad, de hecho es la verdadera universidad.

Por sacar algo positivo de todo este asunto: no se ha hablado prácticamente nada del asunto catalán. Un respiro. El supremo le ha dicho a Puigdemont que se le puede tildar de huido y que no hace falta llamarle exiliado o procesado ausente como había solicitado. Bueno, para esto la verdad, es que tampoco hace falta hacer ningún máster.

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