Ángel Correas: "El premio al mejor actor revelación, es para el ministro Ábalos"
Ya puedes escuchar su monólogo de este domingo 26 de enero
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Aprovechando al entrega de los premios Goya del cine español, hoy podemos enfocar algún asunto de actualidad con formato cine.
Por ejemplo, el premio para el actor revelación sería para el ministro de Transportes, José Luis Ábalos por su papelón en Esperando a Miss Delcy. A Miss Delcy Rodríguez, la vicepresidenta del gobierno de Nicolás Maduro. El pasado lunes se encontró con ella de madrugada en el aeropuerto de Barajas y desde el jueves, el día en el que se filtró la noticia, el ministro Ábalos ha dado varias versiones. Empezó negando todo. Ha pasado por la versión del encuentro casual e inesperado, y ahora estamos en la versión que presenta al ministro como un fiel servidor público que acude a ese avión para evitar un conflicto diplomático con los socios de la Unión Europea, ya que Delcy Rodríguez tiene prohibido pisar el espacio Schengen. Esta es la versión definitiva que da Moncloa. La versión que ha asumido el presidente del gobierno quien ha cerrado filas con su ministro: “puso todos los esfuerzos para evitar una crisis diplomática y logró evitarla”
Eso, es casi un héroe de la diplomacia española. ¿Se ha zanjado el asunto? Ni muchísimo menos. El baile de versiones solo ha alimentado las peticiones para que el ministro sea cesado y de explicaciones. Y ante las críticas el ministro en cuestión ha sacado la llave inglesa y aprieta los tornillos de su sillón político: “Yo vine para quedarme y no me va a echar nadie” dice Ábalos. Le ha faltado cantar “del barco de chanquete no nos moverán”.
Mientras Ábalos se enroca y espera a que pase la tormenta, el Gobierno de Pedro Sánchez ha consumado el desplante al presidente encargado de Venezuela Juan Guaidó que ayer pasó por Madrid.
Fue la ministra de Exteriores, Arancha González Laya la encargada de cumplir el expediente de recibir a Guaidó. Sin grandes alardes, le transmitió el respeto del Gobierno de España hacia su figura. Y después... Gracias por venir.
Lo cierto es que Guaidó ha permanecido ajeno a la polémica de la reunión de Ábalos con la número dos del régimen de Maduro, y también ha sorteado diplomáticamente el hecho de que no hay sido recibido por el presidente del Gobierno de España.
A Guaidó no le ha interesado remover las relaciones con el Gobierno español, no ha querido pisar callos. Ha sido prudente o no le ha quedado otra.
Esa discreción le ha venido bien a Moncloa para quien la visita de Guaidó ha resultado un tanto incómoda, sobre todo ahora que Podemos está en el Gobierno.
La conclusión es que Guaidó no se ha retratado con el presidente del Gobierno pero sí ha retratado al presidente del Gobierno por su ausencia. No ya porque sea Guaidó sino porque es el representante legitimo que España ha reconocido y porque Venezuela está en una crisis brutal en todos los sentidos y España, precisamente, no debería mirar para otro lado.
Ante la tibieza del Gobierno Sánchez, más ruido ha procurado hacer el PP, Ciudadanos y VOX que en el Ayuntamiento de Madrid y en la Comunidad le recibieron con tratamiento de jefe de Estado. Sin embargo, el gran momento de Guaidó no fue con los políticos españoles sino en el encuentro que ha tenido con miles de venezolanos residentes en España que acudieron a la Puerta del Sol gritando libertad.
Alrededor de 300.000 venezolanos viven en nuestro país. 40.000 de ellos han recibido asilo político en el último año.