Herraiz, sobre el 28M: "Inevitablemente se va a hacer una lectura en clave nacional de los resultados"
El comunicador expone las claves de la jornada electoral que ha empezado a las 9h con la apertura de los colegios electorales
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Las claves del 28M
Está claro es que el número de electores que hoy acuda a votar va a ser importante porque inevitablemente se va a hacer una lectura en clave nacional de los resultados. Y aquí habrá que fijarse en primer lugar en las municipales. ¿Por qué? Porque de las siete comunidades más pobladas que hay en España, hoy sólo se vota en dos: Valencia y Madrid. No lo hacen en Andalucía, Cataluña, Galicia, Castilla y León y País Vasco. Y, por esa razón, trasladar ese termómetro de las autonómicas donde hoy deciden sus gobiernos regionales a unas elecciones generales no permite una comparación equilibrada. Es verdad que sobre todo en los pueblos y también en algunas ciudades se vota más a la persona que al partido, pero esa cifra general es importante hoy.
El debate que mantienen siempre los sociólogos y los expertos demoscópicos es a quién beneficia más una abstención relevante, o si una alta participación es síntoma de que se atisba un cambio.
La duda es si cuando los electores votan en un porcentaje sensiblemente mayor que en anteriores comicios es porque hay una parte significativa que quiere cambio. ¿En qué dirección? Esa es una pregunta que hay que responder caso por caso. Si nos situamos en Madrid, a mitad de legislatura se celebraron unas autonómicas en 2021 en una convocatoria sorpresa tras la ruptura del PP con Ciudadanos.
Entonces hubo una participación histórica del 80%, con una movilización de casi 17 puntos más que en las elecciones de 2019. En aquella ocasión benefició al PP, que pasó de 30 a 65 diputados, a sólo cuatro de la mayoría absoluta. Y esa alta participación, también sería ahora un síntoma de que los madrileños quieren que siga Díaz Ayuso. ¿Por qué? Porque complicaría la entrada de Podemos en la Asamblea, tendrían más difícil llegar al 5% de los votos y, si no lo consiguen, garantizaría prácticamente la mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso y del PP.
Ese es uno de los grandes objetivos de Núñez Feijóo, la mayoría absoluta en Madrid que le sirva de palanca para llegar a Moncloa en diciembre. Otra de las plazas que aspira a recuperar y que le serviría de impulso es la Generalitat Valenciana, donde los sondeos plantean un escenario de lo más ajustado y donde si el PP llega a gobernar sería con Vox.
Y luego las encuestas prevén resultados que se deciden casi en un puñado de votos en Aragón, en Castilla-La Mancha y en Extremadura, donde los tres barones más críticos con las decisiones de Sánchez en Moncloa se la juegan y lo han combatido tratándose de distanciarse del presidente del Gobierno todo lo que han podido.
A veces sacando la patita levemente, otras con pellizquitos de monja y siempre con el voto a favor de sus parlamentarios nacionales a las decisiones más controvertidas como la derogación del delito de sedición o la ley del sólo sí es sí, con más de un millar de violadores y pederastas beneficiados.
No ha sido una buena campaña para el PSOE. Si a los estrategas de Moncloa que, por encima de los de Ferraz, son los que han pergeñado todo, les hubiéramos preguntado al principio por el peor escenario, sin duda te habrían dicho que el que han tenido y no quería nadie.
Primero con la inclusión de terroristas en las listas de Bildu, su socio prioritario durante esta legislatura en Moncloa. Luego lo de la compra de votos que empezó en Melilla, se extendió a Mojácar, en Almería y ha ido salpicando a otros municipios como Albudeite, en la región de Murcia, donde compraban votos a cambio de droga.
Ahora los esfuerzos del Gobierno van encaminados a defender la limpieza de nuestro sistema electoral. Y en ese discurso ha insistido el secretario de estado de Comunicación, Francesc Vallés. En las últimas horas, el PSOE y las terminales de Moncloa no se han cansado de acusar al PP de sembrar dudas sobre las garantías electorales. ¿Quién es más culpable? ¿El que lo cuenta o el que lo hace? Porque las imágenes de los detenidos en Mojácar, entre ellos dos candidatos del PSOE, saliendo de los calabozos levantando el puño, sonriendo y jaleados por un reducido número de seguidores, confianza, lo que se dice confianza no da.
Según la investigación, estos querían echar a la actual alcaldesa del PP y como no consiguieron ganarle en las urnas en las anteriores elecciones, esta vez pretendían hacerlo, presuntamente, comprando o al menos controlando 700 votos, que es aproximadamente un 17% del censo electoral.
Pasa lo mismo en el caso del intento de secuestro a una concejala del ayuntamiento de Maracena, en Granada, que se disponía a revelar supuestas corrupciones urbanísticas de la alcaldesa socialista y que se oponía a sacar adelante expedientes amañados. Aquí la reacción es culpar al PP y al juez que ha levantado el secreto de sumario a tres días de finalizar la campaña electoral. ¿No sería más oportuno pedir explicaciones al que lo hizo, que era el entonces novio de la alcaldesa?
¿No sería más conveniente indagar quién le dio la orden y el papel que ha jugado en todo este secuestro de película el secretario de organización del PSOE en Andalucía, que fue alcalde de Maracena y que es primo de la actual alcaldesa? No sólo no han dado ni una explicación. Tampoco han tomado decisiones ni en Maracena, ni en Mojácar, ni en Albudeite ni en ningún lugar donde se han producido detenciones y hay candidatos socialistas investigados por la compra de votos.
Este es el revuelto panorama con el que llegamos hoy a estas elecciones municipales y autonómicas. En juego 12 comunidades, todas menos Cataluña, Galicia, País Vasco, Castilla y León y Andalucía. Y luego todos los ayuntamientos que son más de 8.000.
Los colegios electorales abren a las 9 de la mañana y cierran a las ocho de la tarde. Desde un poquito antes, desde las ocho menos cinco podrás seguir el escrutinio en directo aquí en COPE en un programa especial comandado por Ángel Expósito con un amplio despliegue repartido por toda España. Pilar García Muñiz estará en Valencia, Pilar Cisneros en Mallorca, Fernando de Haro en Toledo y con todo el equipo que forman las emisoras COPE que te informarán al segundo de tu ciudad y de tu región.
Ciudanos, Bildu y Vox
Como inevitablemente va a haber una lectura nacional de los datos, es conveniente recordar de dónde partimos. En 2019, el PSOE ganó las elecciones municipales con casi el 30% de los votos frente al 22% que obtuvo entonces el PP, que perdió casi un millón de votos respecto a los anteriores comicios. 22.300 concejales socialistas frente a 20.300 del PP. 2000 menos. Una de las claves será comprobar en comunidades y ayuntamientos dónde van los votos de Ciudadanos, que se asoma al abismo después de quedarse sin representación en Andalucía y Madrid, donde gobernaron con el PP. Apenas consiguieron retener un diputado, un procurador en Castilla y León, donde también habían participado del gobierno de coalición.
Más claves. El resultado que va a obtener Bildu en estas elecciones. No sólo en las municipales. También en las autonómicas de Navarra. Su papel de socio prioritario del PSOE en el Gobierno de España les ha servido para seguir blanqueando su pasado como brazo político de ETA y aspiran a recortar terreno municipal al PNV. Esta noche habrá que estar muy atentos a la evolución de Bildu.
Y luego el papel de Vox. Por primera vez, entraron en un Gobierno. Junto con el PP forman parte del Ejecutivo de Castilla y León y quieren ser decisivos para dar el cambio en Valencia, en Aragón o en Castilla-La Mancha.