Herraiz: "Cuando la extrema izquierda no está en el poder, busca la excusa que sea para tomar las calles"

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Desde las seis venimos analizando quién está detrás de los disturbios en Francia. Quién y porqué.

Las barricadas y los disturbios han vuelto a encender esta noche las calles de las principales ciudades francesas. De París a Lyon, o de Marsella a Nimes. En cuanto empieza a anochecer, la violencia toma las calles, con jóvenes radicalizados que utilizan técnicas de guerrilla urbana y que se llevan todo lo que pillan por delante.

Son ya cinco días consecutivos de disturbios que acumulan más de 3.000 coches quemados y cientos de edificios públicos arrasados. A los delincuentes les da igual comisarías que colegios. Destrozan escaparates, saquean comercios, estancos, sucursales bancarias e incendian todo tipo de mobiliario urbano. El amplio dispositivo policial, que esta noche ha sumado más de 45.000 efectivos en un operativo en el que participan los agentes de élite de la gendarmería, no está siendo suficiente para poner fin a las revueltas que empezaron en la noche del martes al miércoles.

¿La excusa? La muerte de un joven de 17 años de origen magrebí en Nanterre, a las afueras de París. Se llamaba Nahel y fue abatido por un policía tras saltarse un control. El agente está en prisión preventiva y ha pedido perdón. Dice que actuó de forma inmediata ante el temor de ser atropellado o de que el vehículo que en el que viajaba Nahel se llevara por delante a más personas.

La gran pregunta es quién está detrás de los disturbios y no se puede señalar a un solo colectivo. Lo primero que hay que decir es que la mayoría son jóvenes. De hecho, cerca del 30% de los detenidos son menores de edad. La cifra de arrestados se va actualizando a lo largo de toda la noche. Ayer fueron en torno al millar y solo esta noche llevamos más de 400. Y si rascamos un poco más para ver de quiénes se trata, encontramos perfiles diversos. Un porcentaje significativo son inmigrantes africanos, o hijos de inmigrantes que viven en los suburbios de las grandes ciudades. Son la evidencia de un problema que arrastra Francia desde hace años, que no es nuevo, un problema social de integración y que ningún Gobierno francés ha sido capaz de afrontar con éxito.

Luego hay violentos que les da igual el motivo. Se vio también en la revuelta de los chalecos amarillos o más recientemente con la reforma de las pensiones. Son delincuentes que aprovechan cualquier razón para salir a la calle, quemar coches o asaltar y saquear comercios.

Y no hay que olvidar una cuestión también. Cuando la extrema izquierda no está en el poder, y lo hemos visto aquí en España, trata de buscar la excusa que sea para tomar las calles. De hecho, se creen que las calles son suyas.

Esta semana el presidente Macron se dirigía a los padres de los violentos, y les pedía que vigilen a sus hijos. La situación es de extrema gravedad y ha llevado al presidente francés a suspender el viaje institucional que le iba a llevar a Alemania.

En los más de tres meses que duraron las protestas por la reforma de las pensiones no anuló ninguna visita internacional, así que esto confirma que la situación ahora mismo en Francia no la tienen bajo control.

El día de la marmota a las puertas de la campaña electoral

Estamos a punto de empezar una semana en la que comenzará la campaña electoral para el 23 de julio. Esto es como instalarse en el día de la marmota de forma permanente. Llevamos en campaña desde que empezó el año y, sí, a partir del 7 de julio, desde ese viernes -que será San Fermín y en Pamplona se correrá el primer encierro-, todos los partidos nos van a volver a pedir el voto. Vuelta la burra al trigo.

No hay que ser muy audaz para saber por dónde van a ir los mensajes estos días. Los del PSOE están claros. Se van a erigir -ya lo están haciendo- como el único partido con opciones dentro de la izquierda.

Nada de los guiños y de los mimos que hemos visto meses atrás hacia Yolanda Díaz. Y esencial: distanciarse todo lo que puedan de Podemos, como si estos cuatro años durmiendo en el mismo colchón no hubieran pasado.

Otro de los ejes de la campaña socialista va a ser alentar el miedo. “Que viene la extrema derecha. Mirad lo que ha hecho el PP en Valencia, en Extremadura y lo que prepara en Aragón y Murcia”.

Es verdad que esta estrategia no le terminó de funcionar el 28 de mayo al Partido Socialista. Se demostró que ese discursó apenas le sumó, pero esa es la linde que han cogido y no la van a soltar.

El ministro Bolaños, eso sí, ni media palabra de sus pactos con Podemos, nada tampoco de sus concesiones a los separatistas. Lo de los acuerdos con Bildu para sacar adelante los presupuestos tampoco ha existido. Y por eso van a retrasar lo de Navarra todo lo que puedan para que no les vinculen con los de Otegui.

En la Comunidad Foral, el centro derecha de Unión del Pueblo Navarro ganó las elecciones con más de 33.000 votos de diferencia sobre el segundo, tienen 4 escaños más que la segunda fuerza que es el PSOE, pero si se une toda la izquierda y, como ocurrió hace cuatro años, Bildu se abstiene, la socialista Chivite seguirá de presienta en Navarra. Pero eso no se considerará un pacto de la vergüenza, no. Eso será presentado como el acuerdo del progreso navarro.

La moto de la economía de Sánchez

Más cuestiones previsibles esta campaña. Lo de la economía. Lo de la moto, ese vehículo al que recurre Pedro Sánchez para reflejar la evolución de la economía española. Hay muchas clases de motos, y no todas van a la misma velocidad, pero en eso no vamos a entrar ahora. Si nos fijamos en las cifras del paro, igual el presidente se está refiriendo a una moto de juguete.

En España hay casi tres millones de parados que son prácticamente crónicos. Si nos comparamos con Europa, encabezamos la tasa de desempleo con un 12,7%. No nos gana nadie. Aquí sí somos los campeones.

Si nos comparamos con Alemania, cuya tasa es del 2,9%, le superamos en casi 10 puntos. Ocurre lo mismo con la tasa de empleo juvenil, aquellos que tienen menos de 25 años. Más del 28% de los jóvenes por debajo de esa edad, en España no tienen trabajo. La media de la eurozona está en el 14%. Todo a pesar del maquillaje que aporta la reforma laboral con los fijos discontinuos.

Y se puede hablar del gasto público, apartado en el que España ha aumentado el mayor aumento de toda Europa, o de la deuda, también con un amento por encima de la media europea.

¿Y qué dice Feijóo? Que no le compra la moto a Sánchez.

En el PP los mensajes de campaña van encaminados al cambio. Feijóo sabe que van a tener que entenderse con Vox, que la fórmula de Valencia, con más rapidez y limpieza que la de Extremadura, tiene muchas papeletas de repetirse. Sabe también que sus votantes no la ven con malos ojos, pero en campaña va a tocar vender algo obvio: que su objetivo es gobernar en solitario.

De momento, las encuestas no le permiten esa posibilidad. El follón de Extremadura no le ha venido bien al PP, pero, aún así, en los últimos sondeos, como el que ayer publicaba Sigma Dos para El Mundo, la suma con Vox le sigue dando la mayoría absoluta.

Por delante tres semanas en las que todavía pueden pasar muchas cosas y, aunque las encuestas serias no son ningún cuento de la lechera, tienen su margen de error y la capacidad de moverse a medida que se acerca el día.

España se estrena en la presidencia de la UE en Kiev

Hay que mirar a Ucrania. Tenemos ya a Ángel Expósito y a parte del equipo de La Linterna de COPE después de participar de la entrevista a Zelenski. Hemos escuchado los mensajes, los titulares que dejó el presidente ucraniano. Su llamada a las mujeres y niños ucranianos que están en España. También habló de su riesgo personal con ese “a mí me quiere matar Rusia y a Putin le quiere matar todo el mundo”. Pero lo que no sabíamos es cómo se había gestado la entrevista, cómo Expósito y su equipo llegó a Ucrania y después al palacio presidencial de las Quimeras en Kiev.

Con Zelenski se ha visto también este sábado el presiente del Gobierno en el estreno de la presidencia española del consejo de la Unión. Es el gesto que Pedro Sánchez ha querido tener con Zelenski. En Kiev, ha anunciado el envío por parte del ejército español de otros cuatro tanques Leopard. Esto no es nuevo porque ya lo anunció en febrero. Y todo cuando la otra parte de su Ejecutivo no cree ni en la OTAN ni en el apoyo que desde España estamos dando a Ucrania.

Es el primer acto de la presidencia española de la Unión, es rotatoria y nos tocaba. Se puede dar la circunstancia de que en medio del mandato, haya cambio de Gobierno en Moncloa. Eso se confirmará el 23 de julio por la noche.

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