Alonso: "Estos días tan especiales se están viviendo con una emoción recuperada tras el impasse pandémico"

"Una vuelta de las procesiones, de los pasos y de la fe y, de la pasión en la calle" recuerda el editorial de este sábado

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Alonso: "Estos días tan especiales se están viviendo con una emoción recuperada tras el impasse pandémico"

Iván Alonso

Publicado el - Actualizado

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“Bienvenido a 'La Mañana de Fin de Semana' de este 16 de abril. De este Sábado Santo en el que de nuevo vamos a ver cielos despejados en todo el país. Sigue respetando el tiempo esta Semana Santa especial con temperaturas incluso al alza en varios puntos del país. En el sur, ojo, se llegarán a alcanzar hasta 30 grados de máxima en este Sábado Santo de recogimiento.

Una de las imágenes de las últimas horas es la del tradicional Vía Crucis que, como todo en esta Semana Santa, regresaba a su ser, en este año 2022, a su lugar habitual de celebración: el Coliseo de Roma.

El Papa Francisco clama por la paz en el Vía Crucis del Coliseo: “Que donde haya odio florezca la concordia

Tres años después, el Papa Francisco presidía el Via Crucis allí ante la presencia de miles de romanos y visitantes que no han querido perderse este momento que rememora la Pasión y Muerte de Jesucristo. Tras dos años de pandemia que obligó al Santo Padre a celebrar este Via Crucis en el Vaticano sin apenas público en 2021, la guerra de Ucrania y, precisamente, los daños ocasionados por la pandemia, que tantas vidas han costado, han hecho de este regreso al Coliseo romano un Via Crucis especial.

Así se cerraba el Viernes Santo en Roma. Un día de nuevo, emotivo, especial, en las calles de casi todas las ciudades de España, que volvieron a vibrar con una jornada de procesiones con la emoción de cofrades y fieles a flor de piel:Sevilla en su Viernes Santo especial tras esa emocionante Madrugá que todos pudimos escuchar aquí en COPE, en ese especial dirigido por Carlos Herrera.Un Viernes Santo que se ha vivido con especial emoción, tras esos dos años de parón en toda España. Por ejemplo en Murcia donde se ha celebrado la procesión de los Salcillos. En Calanda, Teruel, con la Rompida de la Hora. O en Madrid con el Cristo de Medinaceli.

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Tras dos años esperando este momento, el tiempo ha dado también un respiro como si supiera por el mal momento que han pasado las hermandades y cofradías de toda España. Estos días tan especiales se están viviendo con una emoción recuperada tras este impasse pandémico que han sufrido los diferentes sectores de nuestro país.Y es que esta vuelta de las procesiones, de los pasos y de la fe y, de la pasión en la calle, no es solo una alegría para las hermandades de toda España sino también para muchos negocios que llevaban dos años sin clientes. Velas y cirios, flores o ropa para nazarenos como la que vende María en Sevilla.

La Semana Santa de la "normalidad"

Una semana Santa que ha traído casi la normalidad al sector del Turismo. El más afectado seguramente. El tiempo acompaña este fin de semana y los datos parecen alentadores buscando la normalidad prepandemia. La demanda es cerca de un 90 %, parecida ya a la que había antes de la pandemia, según las cifras de Exceltur.

La ocupación hotelera ronda esta Semana Santa el 80 %, con las zonas costeras superando ese porcentaje y con más de un alojamiento veamos el cartel de “completo”. Volviendo a niveles, en algunos casos ya, de 2019. Aun así, hay que decir que esa recuperación y esa búsqueda de la normalidad absoluta se ha ralentizado y no precisamente por el coronavirus. La guerra y la inflación han supuesto un contratiempo con el que no contaban como Esteban que tiene un pequeño comercio en el centro de Alicante.

Algo, de estos precios disparados que también está afectando a otro de esos sectores dañados por la pandemia, el de la hostelería. Pagan el doble en el precio de la luz, 40 % más en los aceites o un 10 % más por carne y pescado y eso significa que nos va a repercutir a los clientes. A nuestros bolsillos.

Esperan que esto no lastre esa recuperación, esa salida de la pandemia que casi estaba paliada. Y que podía tener su despegue definitivo con una medida que está a punto de terminar, la última anticovid que manteníamos en nuestro país: el fin de las mascarillas en interiores.

Comenzamos este fin de semana y que será el último en el que va a ser obligatorio ponérsela en espacios cerrados. Con excepciones claro.A partir del miércoles solo se tendrá que llevar en transporte público, centros hospitalarios o lugares en los que haya población de riesgo como en residencias de mayores. Estamos tratando ya el virus como una gripe. Hace unos meses todavía vivíamos mirando diariamente las cifras y pendientes de subida y bajada de casos. Ahora si nos fijamos en las cifras de hospitalizados vemos que es la más baja desde agosto de 2020. Aún así, la responsabilidad individual debe seguir prevaleciendo una vez que haya decaído esa medida.Por eso los expertos, como el epidemiólogo Salvador Masip, nos siguen instando a no abandonar del todo ese cubrebocas que ha formado parte esencial de nuestras vidas en los dos últimos años.

Aquí nos quitamos las mascarillas y es curioso ver también que en China, de donde salió este coronavirus, siguen tratando, a su manera, de que no vuelva a propagarse sin control por el país con esos confinamientos masivos, uno de ellos el de Shanghai, una ciudad con 25 millones de habitantes y que es uno de los motores económicos de china y ahora, el centro de un nuevo brote de Covid, que desafía a la estricta política "cero covid" que promueven las autoridades y que está provocando altercados (lo poco que sabemos y deja entrever el régimen chino) entre habitantes y la Policía.

Los residentes, confinados desde principios de abril, se quejan de la falta de alimentos y del excesivo celo de las autoridades en hacer cumplir las cuarentenas. El Ejecutivo chino habría pedido a miles de habitantes de esta ciudad que cedieran sus casas para alojar a los infectados.

Zelenski exige a la comunidad internacional estar en alerta ante posible ataque nuclear por parte de Rusia

Rusia cumple su amenaza

¿Y en Ucrania qué? Pues que allí viven el día 52 de una invasión rusa que sigue lejos de acabar y que vuelve a tomar un rumbo incierto con esos bombardeos por parte del ejército del Kremlin de la capital, tras casi dos semanas sin atacar la capital ucraniana.

Rusia ha cumplido con su amenaza y, después de unos días sin ataques en Kiev, han vuelto a sonar las alarmas antiaéreas en la ciudad. Ya lo avisaba el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y varios líderes de Occidente: el Kremlin se centraba en el Donbás pero no iba a perder de vista la capital.

Lo que se teme allí es que estos nuevos ataques a la capital supongan el comienzo de un ataque mayor porque el Gobierno ruso ha advertido de que va a aumentar la ofensiva contra Kiev ¿El motivo? El bombardeo ucraniano en la región de Briansk, territorio ruso, que según el Kremlin ha dejado ocho personas heridas, incluida un menor de dos años. Eso y el hundimiento de su buque insignia en el Mar Negro, el Moskva, ese navío hundido por misiles ucranianos y que habría causado esta nueva ofensiva contra la capital ucraniana. Ofensiva que, por supuesto, no se detiene en el este del país donde Rusia sigue fijando su objetivo más inmediato.Y todo con esa amenaza nuclear rusa de la que alertan la inteligencia americana. Nadie se atreve ya a pronosticar lo que puede usar Putin en un futuro cercano viendo el desarrollo de los acontecimientos”.

Herrera en COPE

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