'La Mañana del Fin de Semana'

De Haro: "La Manada: hablemos de lo que no queremos hablar"

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De Haro: "La Manada: hablemos de lo que no queremos hablar"

Fernando De Haro

Publicado el - Actualizado

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El Gobierno ante la indignación que ha provocado la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra abrió la posibilidad de una nueva reforma del código penal. Todos los partidos se han mostrado partidarios de una reforma de la legislación. Siguen las protestas en las calles y el CGPJ advierte de que las críticas políticas comprometen el sistema de Justicia. Se ha legislado mucho y se han cambiado muchas cosas en materia de delitos sexuales, pero la realidad, como siempre, va por delante del derecho. Estamos viendo cosas terribles, cosas que antes no veíamos.

La Fiscalía mantiene que lo que hicieron los miembros de la manada fue una violación y ha anunciado que va a recurrir al Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Luego queda también el recurso al Supremo. La víctima no ha decidido todavía si recurre.

Es comprensible la indignación social que ha provocado la sentencia. Lo que no es comprensible es que la calle quiera sustituir a los tribunales, ni la calle ni los medios de comunicación. En este caso, como en otros, la sociedad española necesita recuperar cierta serenidad. No es de recibo que se produzca un intento de asalto como el que se produjo el jueves a la Audiencia. Estamos ante la primera sentencia que no es firme. El sistema judicial tiene garantías y aunque se equivoque siempre será mejor que un linchamiento público. Y los medios de comunicación, somos los primeros que tenemos que hacer mucha autocrítica. Por el caso de La Manada, el asqueroso caso de la Manada, era muy jugoso para hacer amarillismo, para ganar un punto de audiencia. Y lo hemos hecho.

Es muy probable que los jueces hayan cometido un error. No tenemos elementos suficientes para valorar su decisión porque el juicio se celebró a puerta cerrada. Pero los mismos jueces explican en su sentencia que la víctima sintió un intenso desasosiego y agobio frente a cinco varones de edades muy superiores y fuerte complexión. Una descripción de los hechos que encaja en la doctrina del Supremo sobre la intimidación. La intimidación es lo que distingue un abuso sexual de una agresión sexual, de una violación. El Supremo dice que la intimidación requiere una amenaza o el anuncio de un mal grave, futuro y verosímil. Ya digo que el relato de los hechos probados parece encajar en el tipo penal de agresión, violación.

Hablamos mucho de derecho penal es y lógico. Todos nos hemos convertido ya en expertos en derecho penal. Sabemos los requisitos para el delito de rebelión, nos sabemos los tipos penales de cohecho, prevaricación, falsedad en documento público ...El derecho penal es importante pero el derecho penal no lo es todo. Una sociedad que pretende solucionarlo todo con el derecho penal, que es un último recurso, es una sociedad en gran medida débil. Debemos tener la valentía mirar a la cara el origen de esta atrocidad, de lo que pasó aquel 7 de julio de 2016. Estamos hablando de sexo, de una dimensión que expresa la dignidad de toda persona. Su intangibilidad, su valor infinito, su libertad. Estamos hablando de un grupo de cinco hombres que arranca a una mujer joven lo que solo puede ser entregado en un acto de libertad y de donación. Habrá que empezar a reflexionar sobre qué tipo de educación sexual tienen nuestros jóvenes, qué concepción del ocio. ¿Por qué se suceden los casos en los que una mujer es convertida en objeto de presa? La pregunta es demasiado acuciante. No podemos seguir mirando para otro lado cuando sexo y violencia, en demasiadas ocasiones, van juntos. Donde debiera estar la belleza de un don libre, por qué no decirlo, el amor, si el amor -nos nos hagamos los machotes- , nos encontramos con la más fea y machista violación de la dignidad humana. ¿Qué estamos haciendo mal? No es una pregunta para la derecha o la izquierda, no es una pregunta para los de un bando u otro, no es una pregunta para que nos la lancemos unos a otros como un insulto. Es un pregunta para cada uno, y en primer lugar para los periodistas.

Hay una violencia sexual intolerable en nuestra sociedad. Hay una violencia intolerable en muchos ámbitos. Hay una violencia intolerable en la política que no se detiene ante nada. Ayer Francisco Granados, el que fuera secretario general del PP en Madrid, declaró en la Audiencia Nacional como imputado por el caso Púnica. Le preguntaron los periodistas por el video que ha precipitado esta semana el final de Cifuentes, dijo que él no tenía nada que ver con ese video, pero después dijo quien busca venganza debe cavar dos fosas.

Es el lenguaje de la mafia, de quien encuentra satisfacción en el hundimiento personal de una compañera de partido. Un ex secretario general del PP de Madrid acusa a Cifuentes de haber buscado venganza y de haberla encontrado en su propia piel.

La expresidenta madrileña Cristina Cifuentes presentó anoche su renuncia irrevocable como presidenta del PP de Madrid. Un juzgado investiga desde ayer la falsedad del máster de Cifuentes e imputa al director del máster. Cifuentes cometió varios errores, falto a la verdad, no supo darse cuenta de que tenía que irse. Pero como dice el gran Pedro Cuartango por muchos errores que pueda haber cometido hay algo injusto y trágico en su final. Merecía, como cualquier ser humano, un poco de compasión que se le ha negado. Es la compasión que en esta España nos empeñarnos en negarnos unos a otros.

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