Los yihadistas retornados, el principal desafío de seguridad para España y la Unión Europea
Las autoridades tienen ante sí un desafío: gestionar el futuro no solo de ellos, también de sus mujeres y sus hijos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En la actualidad, uno de los principales desafíos para la seguridad de la Unión Europea y de nuestro país también son los conocidos como “retornados del Estado Islámico”. España, por su situación geográfica, es un punto especialmente relevante para estos individuos que partieron para luchar para la yihad y regresan a nuestro continente tras la derrota territorial de los terroristas en Siria e Irak.
Y es que nuestros vecinos Francia y Marruecos son dos de los países desde donde más combatientes partieron para unirse al Estado Islámico durante la última década. De los 5.500 que viajaron a la zona de conflicto, la Comisión europea cifra en .1600 los retornados. Además, de ese número total, se tiene constancia de que han muerto 1.400 pero otros 2.500 siguen en paradero desconocido.
En el caso concreto de España, según el estudio ‘La Amenaza de los retornados del Estado Islámico: una preocupación para España y la Unión Europea’, elaborado por el profesor de la UNED, Carlos Echeverría, en enero de este año la cifra era de 237 personas identificadas por el Ministerio de Interior, de las cuales 44 habrían retornado.
En 'La Mañana de Fin de Semana' hemos hablado con el autor de dicho informe, que asegura que “en estos momentos, cuando el embrión califal se ha venido abajo, se ha empezado una labor de identificación de todas estas personas liderada por Estados Unidos”. Eso sí, a la hora de hablar de su retorno, “es la política de cada Estado la que gestiona cada caso”.
Según este experto, la propaganda terrorista ofrece no solo un proyecto para los combatientes, sino también para sus familias. Mujeres y niños también juegan su papel, pero, ¿cómo se actúa cuando el padre es detenido en zona de conflicto y su familia pide volver? “Lo que los Estados miembros, y España, por lo tanto, lo que tenemos que hacer es aclarar en términos de filiación, es decir, en términos de ADN, que efectivamente que los niños que presuntamente son hijos de estos individuos lo sean realmente; después, la legislación de cada Estado verá cómo se aplica de cara a la vuelta o no de estos niños”.
Un tema que ya ha salido a la palestra en nuestro país y que por ejemplo en Holanda, deben afrontar la realidad de 145 niños cuyos padres de nacionalidad holandesa emigraron al embrión califal.
Ahora, las autoridades tienen tres objetivos principales: el impacto que estos excombatientes van a tener por los posibles atentados, ya que vuelven con una profunda motivación ideológica; gestionar el futuro no solo de estos individuos, si no de sus mujeres y niños; y vigilar la posible influencia cuando entran en prisión, porque pueden influir en los presos más vulnerables. “Quienes dieron aquel arriesgado paso sabían a lo que iban. Allí había una ideología hostil y bien elaborada, lo que hace que cuando vuelvan la puedan seguir practicando. Pasaran ante los tribunales, pero salgan libres o entren en prisión, siguen siendo una amenaza”, concluye el profesor Carlos Echeverría.