Mirar tu móvil por las noches no disminuye la ansiedad, la dispara
El 60% de jóvenes estadounidenses duerme con su móvil en la cama. Dejarlo cargando en la mesilla de noche puede interrumpir nuestro sueño varias veces. Mejor fuera de la habitación

Mirar tu móvil por las noches no disminuye la ansiedad, la dispara
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Cuando hablamos de nuevos conceptos sociales o psicológicos, los americanos siempre van por delante. El confinamiento y la crisis sanitaria han disparado nuestros niveles de ansiedad y están provocando un repunte del término Vamping: viene de la palabra vampiro, y es el fenómeno (que roza el trastorno) de estar hiperconectados al teléfono móvil por la noche. Y la consecuencia es peligrosa: reduce las horas de sueño y las que sí disfrutamos son de menor calidad. Aumenta el cansancio, la fatiga, el riesgo de sufrir una depresión y, en lugar de disminuirla, dispara la ansiedad. Hablamos en este punto de La Mañana del Fin de Semana del Vamping durante la pandemia y cómo ponerle freno.
Vamos con los datos. Y son preocupantes. Un 70% de adolescentes duerme con el teléfono móvil encendido y al alcance de la mano. Y el 48% de los adultos dejan al móvil en sonido, no lo silencian por la noche, y se despiertan varias veces de madrugada para mirar las notificaciones o mensajes entrantes. Las pantallas LED o LCD producen luz azul, luz artificial. Nuestro cuerpo percibe que es hora de levantarse, no de dormir. Esto nos puede alterar el biorritmo, el ritmo circadiano. Que nuestro cuerpo se vuelva loco y nos lo haga saber mediante esa fatiga, dolores de cabeza, faltas de concentración o dolores, por ejemplo, de músculos y huesos. Nos lo ha explicado María José Abad, coordinadora de contenidos de Empantallados: una plataforma que nació para ayudar a los padres y madres a educar a sus hijos en el mundo digital.
“El problema de usar pantallas antes de dormir está relacionado con la luz azul. Nuestro cerebro interpreta que todavía es de día y no empieza a segregar melatonina, la hormona encargada de regular los ciclos de sueño. Provoca problemas para la concentración, irritabilidad… Muchos docentes nos cuentan que sus alumnos se quedan dormidos en clase.”
Vamos ahora a entrar en materia. Ya sabemos lo que nos trastorna la luz azul de las pantallas y hemos escuchado a gente que con total naturalidad se tira casi una hora bocarriba en la cama de noche con el teléfono en vez de dormir. Insisto, nos puede pasar a todos, a lo mejor ya nos está pasando pero no nos damos cuenta. Los expertos insisten: en casa, los límites son importantes. Los horarios para los hijos, las diferencias entre días de cole y fines de semana. No se trata de prohibir toda pantalla tajantemente, eso los hijos lo acaban sorteando.
“La primera norma es horarios de uso y momentos de uso. Tampoco tiene que ver com prohibir las pantallas siempre, porque esto podría suponer que nuestros hijos se refugien en la noche para ver los contenidos que quieren. Nos llegó que un padre había puesto un control parental para que a determinada hora de la noche se desactivaran los móviles de sus hijos. A través de los amigos de su hijo descubrimos que habían conseguido cambiar el uso horario de los móviles para saltarse este control parental.”
Hay que estar atentos a los síntomas. Alomejor nuestros hijos están usando el móvil por las noches y por eso se duermen en clase.
Hay alternativas más saludables a dormir con el móvil en la mesilla de noche. Que estén fuera de la habitación. Pero claro, hay que preparar una alarma que no sea la del móvil para despertarnos. PINCHANDO AQUÍ te puedes descargar un parking para móviles e imprimirlo. Los dejas ahí durante la cena, horas de estudio y por la noche y tus hijos te ven dar ejemplo. Se quedan los aparatos cargando y fuera de la habitación.
Los padres están preocupados por 3 temas muy concretos: la salud ocular de sus hijos, el empobrecimiento emocional y también, el insomnio. Lo dice un estudio conjunto de Empantallados y GAD3. Además si miramos a Estados Unidos, hay un dato que destaca y asusta a partes iguales: Según la Asociación Americana de Pediatría, más del 60% de los jóvenes estadounidenses se llevan el móvil a dormir a la cama. No a la habitación. A su propia cama.