¿Qué fue de la capa de ozono?
La cumbre del clima COP25 en IFEMA (Madrid) nos ha hecho preguntarnos: ¿cuándo empezó occidente a tomarse en serio la protección de la naturaleza?
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
En 1952, Londres estuvo cinco días sin ver el sol por culpa del humo tóxico de sus fábricas. Y algunos recuerdan perfectamente cuando comenzamos a hablar en España de la capa de ozono. Esa capa de gases a unos 20 kilómetros de altitud en la estratosfera que nos protege de la radiación del sol. La capa de ozono fue descubierta en 1913 por dos físicos franceses: Charles Fabry y Henri Buisson. Y será en 1973 cuando la ciencia avise por primera vez: los gases que producimos aquí abajo en la superficie de la tierra estaban dañando la capa y si seguíamos así (sin controlar nuestras emisiones) acabaríamos sobre-exponiéndonos a la radiación del sol con el consiguiente aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
¿Cómo se encuentra ahora mismo? Quién vigila la capa de ozono es un sistema de monitorización atmosférica llamado Copernicus. Sus últimos datos indican que la frágil capa se está reconstruyendo poco a poco después de deteriorarse durante décadas en el siglo XX. Esos 'agujeros' o adelgazamientos en la capa están disminuyendo y eso es muy positivo. Se calcula que en 2030 la capa del hemisferio norte se habrá recuperado totalmente. Y la del hemisferio sur tardará más: hasta 2060. El primer político reconocido mundialmente en abanderar la lucha contra el cambio climático fue el vicepresidente de Bill Clinton, Al Gore. En 2007 quiso predecir el incierto futuro climático de nuestro planeta.
En La Mañana del Fin de Semana hemos recurrido al Director del Laboratorio del Clima de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina. El también presidente de la Asociación de Geógrafos de España recuerda “a mediados de los años 80” el artículo de gran impacto publicado por Rowland y Molina, los dos científicos que avisaron de los peligros del adelgazamiento de la capa de ozono y la gravedad de la situación, elevó notablemente la conciencia climática de estadounidenses, franceses y europeos en general. Los datos eran “alarmantes” porque se veía el deterioro de la capa. Así empezó el movimiento de lo que ahora llamamos “cambio global”, empezó con el agujero de ozono y después vinieron los gases de efecto invernadero.
Olcina ha celebrado que “afortunadamente” la capa de ozono se está “recuperando” porque en el año 87 tras la denuncia de estos investigadores, Naciones Unidas “tomó cartas en el asunto” y se firmó el protocolo de Montreal que “prohibía la fabricación y el uso de esos gases perjudiciales” que destruían las moléculas de ozono. Los gases en cuestión eran los 'CCC' (presentes, por ejemplo, en la laca) que contenían cloro y desde su prohibición se ha ido notando “una mejoría” en el adelgazamiento de la capa. No es un “agujero”, recuerda Olcina, sino un estrechamiento en la capa en la estratosfera a más de 20 kilómetros de la tierra. En el año 90 hubo un añadido en Londres al protocolo de Montreal y todo ello ha permitido que “no fuera a más”.
Y si no llegamos a revertir la situación, las consecuencias se habrían sentido de inmediato por la entrada de la radiación ultravioleta del sol con más intensidad que antes. Esto llevó a un “incremento en los casos de cáncer de piel” en países del hemisferio sur como Chile, Argentina, Nueva Zelanda o Australia. El problema para la salud humana es fundamental, pero no solo la humana. Salían imágenes de “ovejas que habían perdido la vista”, ovejas con “cataratas”. La industria encontró una solución rápida, una alternativa. La prohibición de los CCC en la industria de la congelación y los sprays habría sido más dramática sin esa alternativa, como ocurre ahora con el CO2 y la reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero (COP25). La sensibilización sobre la situación de la capa de ozono fue el detonante, el primer caso que sirvió como génesis del movimiento que estamos viviendo ahora contra el cambio climático y que está consiguiendo, en parte, revertir la situación.