Universitarios catalanes, en COPE: "Por querer ir a clase me llaman facha"

Uno de los puntos donde las protestas por la sentencia del procés se han notado con fuerza es en las universidades catalanas. Allí las huelgas convocadas por los sindicatos de estudiantes han dividido a los alumnos: por un lado, los que secundan los paros y por otro, los que no. Uno de esos centros es la Universidad de Barcelona donde los incidentes se han sucedido, en especial en la Facultad de Económicas.

'Las aulas son de todos', es lo que gritaban los estudiantes que trataban de abrirse paso entre los piquetes para poder acceder a sus clases. En otras facultades como la de Derecho se han vivido situaciones de tensión por la convocatoria de huelgas y la solicitud de anulación de clases. Una de esas estudiantes es Martina, "quieren que el resto de los estudiantes nos sometamos a su voluntad. Como no quiero hacer huelga ni manifestarme, me llaman facha".

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Martina: Por querer ir a clase me llaman facha

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Pese a que Martina y otros compañeros tenían conocimiento de la convocatoria de huelga,  trataron de ir a clase como cualquier otro día. "Yo quiero ir a clase, avanzar en el tamario, que los exámenes se vayan haciendo. Pero están decidiendo que las clases y los exámenes sean cuando ellos quieren y los quieren aplazar hasta el 5 de noviembre", cuenta en COPE esta universitaria catalana.

Jornadas de paros que está previsto que se repitan esta semana que comienza el lunes 28 de octubre con una llamada a una llamada a la huelga general los días 30 y 31que se difunde por redes sociales.

Los estudiantes que secundan las jornadas han pedido al decano que anulen las clases hasta el próximo 5 de noviembre. Martina habla de cómo viven en la facultad los estudiantes que no comparten las ideas del independentismo.

Marc estudia en la Escuela de Superior de Artes Plásticas y diseño de Barcelona. Allí también se ha aprobado en Asamblea secundar dos jornadas de huelga la semana que viene. Protestas que han ido acompañadas en algunos casos de disturbios, no sólo en las Universidades, también en las calles. ¿Y quién paga los destrozos? Según lleva ABC en portada de la edición impresa de este sábado, los padres de los menores radicales deberán pagar hasta 600 euros de multa.