LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

Harriet Tupman, la mujer que escapó de la esclavitud: “Es difícil de entender cómo lo consiguió”

Tupman consiguió escapar de la esclavitud sin ayuda, caminando de noche y escondiéndose de día. Un año después, volvió a la plantación a rescatar a otros muchos afroamericanos

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Harriet Tupman, la mujer que escapó de la esclavitud: “Es difícil de entender cómo lo consiguió”

Mónica García

Málaga - Publicado el

3 min lectura

Fue una mujer extraordinaria en el amplio sentido de la palabra, valiente y perseverante. Se trata de la esclava afroamericana Harriet Tubman, pionera en la lucha contra la esclavitud y en la lucha por conseguir el sufragio para las mujeres.

Para conocer su historia, ‘La Noche de Adolfo Arjona’ se sitúa en el estado de Maryland, en 1822 que es cuando Harriet Tubman nació siendo esclava. Desde niña recibió palizas e insultos, pero lejos de asustarse, cada uno de aquellos golpes la hacían más firme en su sueño… escaparía de allí y sería libre. Y lo consiguió, pero no solo ella: Harriet Tubman llegó a liberar a 300 esclavos, a los que condujo caminando por rutas secretas durante miles de kilómetros.

EL MILAGRO INEXPLICABLE

Todavía hoy ningún estudioso de su figura logra entender cómo consiguió escapar de la plantación en la que había nacido como esclava. Harriet Tupman, recorrió miles de kilómetros buscando la libertad. Sobrevivió a los lobos, serpientes y cazadores de esclavos. “Es difícil de entender cómo lo consiguió”, asegura en los micrófonos de COPE la investigadora y escritora Sandra Ferrer.

Su grandeza, por la que aún se le recuerda en Estados Unidos, fue el hecho de regresar un año después de haber alcanzado tierras libres de la esclavitud. “Cuando Harriet Tupman consigue escapar en esa épica huida, no solo alcanzó ese logro, sino que volvió para salvar a familiares y amigos, y lo hizo uniéndose a la red de los trenes subterráneos”, relata Sandra Ferrer.

LA CONDUCTORA DEL TREN SUBTERRÁNEO

Harriet Tubman se convirtió en conductora del conocido como tren subterráneo, que no era un ferrocarril físico ni mucho menos. Era una red de personas que ayudaban a los esclavos a llegar a estados del norte y Canadá. Estaban absolutamente organizados. Caminaban de noche evitando a los cazadores de esclavos y se escondían de día. Aquella red estaba formada por negros libres, blancos abolicionistas y activistas cristianos. Utilizaban terminología del ferrocarril… como ‘pasajeros’, ‘estación central’, ‘conductores’. En el caso de Harriet se terminó convirtiendo en conductora, es decir, iba y volvía a por esclavos. Se cree que hizo unos 13 viajes y que liberó a 300 esclavos, entre ellos a sus padres, a quienes se lo había prometido.

El día en el que Harriet Tubman falleció, el 10 de marzo de 1910, miles de personas rodearon su casa y cantaron el himno que los esclavos entonaban mientras trabajaban los campos de algodón, ‘Swing low, sweet chariot’.

Ya en 1978 se hizo una película que narraba su historia, y recientemente, en 2019, volvía al cine la vida de esta pionera en la lucha por los derechos de los afroamericanos y de las mujeres.

‘CALCULADORAS HUMANAS’ MUJERES EN LA NASA

Otras muchas personas tomaron el testigo de Harriet Tubman en su batalla incansable por acabar con la esclavitud en Estados Unidos, sin embargo, la lucha sería larga en el tiempo. No es hasta el 2 de julio de 1964 cuando el presidente Lyndon B. Johnson firma la Ley de Derechos Civiles que supuso fin a la segregación racial. A partir de aquel momento blancos y negros podían compartir aulas universitarias, autobús o restaurantes. Al menos en la teoría, porque la igualdad real tardaría en llegar.

En aquel contexto de desigualdad social y racial, crecieron tres mujeres que terminaron haciendo historia. Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson se convirtieron en lo que por entonces se llamaban ‘calculadoras humanas’. Tres mujeres afroamericanas cuyos cálculos matemáticos fueron clave en la llegada del ser humano a la luna.

Una de ellas, Katherine Johnson, la más reconocida de la NASA, recibió en 2015 la Medalla presidencial de la Libertad de manos del presidente Barack Obama en reconocimiento a su trabajo. Su mayor contribución fue su trabajo en la misión APOLO 11, la primera que logró llevar al hombre a la luna. Aquella mujer calculó el momento exacto en el que la sonda debía abandonar la superficie lunar.

En el audio que acompaña a esta noticia puedes disfrutar de una hora de radio en la que Adolfo Arjona te cuenta la vida de mujeres que fueron pioneras por distintos motivos. Pincha el audio, disfruta y comparte.

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