La noche de adolfo arjona

El lago asesino, la tragedia de Nyos que paralizó al mundo: “Cuando desperté, todos estaban muertos”

Una nube invisible, un silencio mortal y la lección más brutal de la naturaleza. Casi dos mil personas perdieron la vida por un fenómeno de la naturaleza llamado erupción límnica

El lago asesino, la tragedia de Nyos que paralizó al mundo: “Cuando desperté, todos estaban muertos”
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El lago asesino, la tragedia de Nyos que paralizó al mundo: “Cuando desperté, todos estaban muertos”

Mónica García

Málaga - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El 21 de agosto de 1986, un desastre tan extraño como aterrador sacudió la región montañosa de Camerún. En torno al lago Nyos, un cuerpo de agua sereno y aparentemente inofensivo, más de 1.700 personas y miles de animales sucumbieron a un asesino invisible. No hubo terremotos, incendios ni explosiones… solo un silencio abrumador y un aire mortal que transformaron poblados enteros en cementerios al amanecer.

Esta tragedia, conocida como la erupción límnica del lago Nyos, no solo marcó un hito en la historia de los desastres naturales, sino que también recordó al mundo lo frágil que es la vida frente a los misterios de la naturaleza. En 'La Noche de Adolfo Arjona', el investigador, estudioso de los mitos, el folklore y las leyendas y también de la historia militar y política del mundo, Guillermo Díaz, nos introduce en el que podemos considerar un lago asesino.

Un lago tranquilo sobre una bomba geológica

El lago Nyos, ubicado en la provincia occidental de Camerún, es un cráter volcánico inactivo de 200 metros de profundidad. Durante siglos, sus aguas formaron parte del paisaje idílico de la región, proporcionando sustento a las aldeas de Nyos, Cha y Subum. Sin embargo, bajo su superficie, se acumulaba una cantidad letal de dióxido de carbono (CO₂) que, al liberarse de forma repentina, causaría uno de los desastres más letales y misteriosos registrados.

En la noche fatídica, una "erupción límnica" liberó millones de metros cúbicos de CO₂ desde las profundidades del lago. Esta nube tóxica, invisible y más densa que el oxígeno, se desplazó a ras del suelo, cubriendo kilómetros a la redonda y asfixiando todo a su paso. En cuestión de minutos, familias enteras, animales y hasta insectos sucumbieron. Solo un puñado de sobrevivientes quedó para contar la historia.

"Cuando desperté, todos estaban muertos"

Joseph Nkwain, uno de los pocos supervivientes, relató con horror lo que encontró al abrir los ojos: "Cuando desperté, todo estaba en silencio. Mi esposa, mis hijos, mis vecinos... todos estaban muertos. No había gritos ni señales de lucha, solo cuerpos inmóviles por todas partes". Este testimonio estremecedor resume la magnitud del desastre.

Otros sobrevivientes describieron síntomas como mareos, dolores en el pecho y un olor extraño en el aire, similar al de huevos podridos. Equipos de rescate enviados a las aldeas encontraron escenas desoladoras: personas en sus camas, en los caminos o realizando actividades cotidianas, todas víctimas de una muerte repentina y silenciosa.

El lago asesino, la tragedia de Nyos que paralizó al mundo: “Cuando desperté, todos estaban muertos”

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La ciencia detrás del desastre

El fenómeno conocido como erupción límnica ocurre cuando grandes cantidades de gas disuelto, como el CO₂, se liberan súbitamente de un lago. En el caso del lago Nyos, la presión acumulada en las profundidades alcanzó un punto crítico. Aunque no se sabe con certeza qué desencadenó el evento, los expertos especulan sobre un deslizamiento de tierra o una alteración en las capas de agua.

El gas, al liberarse, subió rápidamente y luego descendió como una nube letal, cubriendo las aldeas circundantes. El impacto fue devastador: 1.746 personas murieron instantáneamente y miles de animales perecieron. La tragedia dejó un trauma imborrable en los sobrevivientes, muchos de los cuales abandonaron la región para siempre.

¿Cómo prevenir otra catástrofe?

Tras el desastre, científicos e ingenieros instalaron tubos de desgasificación en el lago Nyos para liberar gradualmente el CO₂ acumulado. Este sistema, aunque eficaz, debe ser mantenido de forma constante para evitar nuevas tragedias. Medidas similares se aplicaron en el cercano lago Monoun, que en 1984 experimentó un evento similar, aunque con un saldo mucho menor de víctimas.

El lago asesino, la tragedia de Nyos que paralizó al mundo: “Cuando desperté, todos estaban muertos”

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La tragedia del lago Nyos también inspiró investigaciones sobre otros cuerpos de agua con características similares, en un esfuerzo por identificar y mitigar riesgos potenciales.

La lección de la naturaleza

El desastre del lago Nyos es un recordatorio brutal de que, aunque la humanidad haya conquistado vastos territorios y desarrollado tecnologías avanzadas, seguimos siendo vulnerables ante el poder de la naturaleza. Este evento también ilustra cómo los fenómenos más insólitos pueden transformar paisajes idílicos en escenarios de pesadilla.

A casi cuatro décadas del suceso, el lago Nyos sigue siendo un símbolo de la fragilidad humana y un recordatorio de que, como decía la frase que se repetía a los Césares romanos: "Recuerda que eres mortal".

En ‘La Noche de Adolfo Arjona’, exploramos historias como esta para reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y nuestra posición en el universo. Porque, al final, la vida siempre encuentra una forma de recordarnos su misterio y su poder

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