Adelántate al invierno: dos sencillos trucos para limpiar el cristal de tu chimenea y dejarlo como nuevo

El invierno está a la vuelta de la esquina. Cuando falta menos de un mes para la entrada de la nueva estación, el frío empieza a hacerse notar en muchos rincones de España. Con estas temperaturas, no hay nada más agradable que mirar el fuego de una chimenea. Pero, es verdad, que se ensucian muchísimo y sobre todo los cristales de los insertables. ¿Qué podemos hacer? ¿Con qué los limpiamos? En 'La Noche' de COPE te damos las claves para tenerla reluciente, con la ayuda de Begoña Pérez, La Ordenatriz.

Tener una chimenea en casa tiene muchas comodidades: este invierno está claro que nos sale más barato que la calefacción de gas o eléctrica, pero, además, se limpia de una manera rápida, fácilmente, y es duradero, aunque requiere una serie de cuidados que vamos a descubrir.

En primer lugar, nos explica un método más tradicional, que es más conocido popularmente. Se trata de coger un poco de la ceniza que han dejado los restos de la encendida anterior. Lo mojamos con una esponja o trapo húmedo, lo restregamos por el cristal y terminamos con un trapo limpio. Es barato, se recicla la ceniza, lo único puede resultar costoso en cuanto a tiempo y esfuerzo. Es importante cubrir el suelo con una bolsa de basura antes de empezar el proceso, para no ensuciar más fuera de la chimenea.

Por otro lado, la experta en orden y limpieza, nos revela otro método que ella misma utiliza, más innovador, pero económico y muy poco costoso: "La primera vez que la enciendo a lo mejor no tengo suficiente ceniza, podemos recurrir a la piedra blanca (es una mezcla de productos orgánicos, como una arcilla que se ablanda con agua) Deja fenomenal los cristales, no es abrasivo y deja el cristal increíble, incluso de una sola pasada".

Los trucos de La Ordenatriz en 'La Noche' de COPE

Cómo cada semana, La Ordenatriz nos da los mejores trucos en 'La Noche'. Hace unos días nos explica cómo quitar un chicle que se haya pegado a la ropa. Uno de los métodos habituales es intentar despegarlo con hielo, frotando hasta congelarlo, pero en los casos en los que está muy incrustado en el tejido, es casi imposible.

Entonces hay que echar mano de la laca de pelo, con la que sí podremos despegarlo. Debes pulverizar bien la zona, haciendo que se humedezca y dejar actuar durante unos dos minutos. Pasado este tiempo, ya puedes frotar, ayudándote de algún cubierto, como puede ser un cuchillo de untar. A continuación, pasamos una bayeta húmeda para que no quede marca y, para terminar, lavamos la prenda.