Alma de África, el equipo de fútbol que venció al racismo
Josué Eric Amang, jugador del Alma de África y la periodista Lucía Mbomio nos explican como han luchado contra el racismo durante su vida
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Esta semana el fútbol ha sido el auténtico protagonista. Miles de ingleses han disfrutado de Madrid en la fiesta que fue la final de la Champions League. El fútbol es celebración, emoción, capaz de hacerte reír y llorar y darlo todo por tu equipo. Sin embargo, el fútbol tiene también otra cara, la del racismo.
Josué Eric Amang es un camerunés de 27 años. Llegó a España en 2013, y como muchos inmigrantes padeció episodios complejos por razón de piel. Ahora, Josué está adaptado a la sociedad española y porta el brazalete de capitán del Club Deportivo Alma de África. En el fútbol, como en el resto de ámbitos de la vida, el racismo es un problema que está enraizado en las gradas y, en ocasiones, dentro del terreno de juego. Sin embargo, Josué y su equipo, han conseguido revertir esta circunstancia, al menos por unas semanas, gracias a una iniciativa que está conquistando las redes sociales.
Alma de África está formado por muchas nacionalidades y a pesar de ello se sienten como una misma familia. Llevan varios años jugando al fútbol juntos, empezaron jugando el partido de los domingos allá en el 2014 y desde entonces no han parado de patear el balón, aunque su afición se ha visto a veces manchada por los insultos recibidos en cada uno de los partidos.
Ante esto hace unas semanas decidieron cambiar los nombres en la equipación por esos insultos que recibían en cada partido, algunas de ellas son: negro, inmigrante, esclavo... Con esto han tratado de reflejar el racismo que se sufre no solo en campo si no en más ámbitos de la vida.
Lucia Mbomio Rubio es una reportera que también ha sufrido episodios de racismo. Esta periodista expliica que el insulto racista está muy normalizado y hay que combatirlo. Cree que estos comportamientos vienen a raíz de la desinformación en occidente de otras tierras como la suya, aprendiendo solo aquello que pasó en el hemisferio norte sin conocer nada de comunidades como la africana. Hace dos años escribió un libro, “Las que se atrevieron” donde cuenta la historia de sus padres. Su madre se enamoró de su padre de Guinea en los años 70, cuando aún las parejas entre blancos y negros no estaban muy aceptadas por la sociedad. Su madre fueron de las primeras que se enfrentó a una España en la que el racismo estaba al orden del día.