Discriminación en un campamento infantil

Estamos en pleno verano y con él, llega el momento de los campamentos ¿Fuiste de campamento cuando eras niño? Si es que sí, probablemente lo asocies con ocio, diversión, amigos de esos a los que cuesta decir adiós cuando se acaba, y monitores que se convierten en hermanos mayores. En definitiva, recuerdos positivos.Algo de lo que se ha privado a Inés, una niña madrileña de once años, que fue invitada a abandonar el campamento de inglés “Kids Aldeaduero” en Salamanca en su primer día. Inés no se había portado mal,  tampoco se había peleado con nadie, ni tan siquiera quería volver a casa. Dos compañeras de habitación, niñas como ella, no querían dormir con ella porque tiene discapacidad intelectual. 

En España, ha habido, sin duda, avances importantes en el cumplimiento de los derechos de la infancia con discapacidad y en la construcción de una sociedad inclusiva.  Sin embargo, aún nos queda mucho camino por recorrer. Según los últimos datos, las personas con discapacidad suponen el 8,5% de la población, ¿Parece poco verdad? Pues bien, son 4 millones de personas que forman parte de nuestra sociedad y es nuestro deber que estén igual de integrados que el resto

Según la organización UNICEF, los niños con discapacidad son muy vulnerables en nuestra sociedad, una sociedad que les margina y les pone trabas para acceder en igualdad de oportunidades al ejercicio de sus derechos. Entre ellos, jugar y disfrutar del ocio, que era lo que quería hacer Inés este verano.

La Noche de COPE ha querido acoger los testimonios de aquellos que se han visto expuestos a cualquier tipo de discriminación y a sus familiares. En un primer lugar, Carolina Gómez, la madre de Inés ha explicado cómo fueron los adultos quienes contribuyeron principalmente a la expulsión de su hija: “ El responsable del campamento me dijo que las madres le habían transmitido que sus hijas durante todo el año están en un colegio de integración con niños con necesidades y que cuando llega el verano tienen todo el derecho del mundo a disfrutar de un campamento sin estos niños.”

No es la única madre que ha sufrido la discriminación a su hijo por estos mismo motivos. Arantxa Pastor, madre de Guillermo, señala: “ son niños que se integran muy bien porque son muy queridos, pero luego el rechazo viene en los cumpleaños. A mi hijo jamás le invitaron a  un cumpleaños. “

El caso de Inés ha supuesto un punto de inflexión que invita a reflexionar qué se hace mal como sociedad para que se permita este tipo de situaciones. Su madre, está pensando en tomar medidas legales ya que: “ desde la dirección tendrían que haber tenido los valores para discernir que era discriminación y que no permiten ese comportamiento”. La niña en un primer momento se culpabilizó cuando su madre fue a recogerla: “nada más verme, lo primero que me dijo, como no entendía nada fue ¿vienes a buscarme porque he hecho algo mal?”

Sin embargo, la niña se encuentra bien, ya que ha recibido el apoyo incondicional de todos sus compañeros y familiares que se han volcado para hacerle olvidar el trago amargo: “todos sus compañeros del colegio me han enviado muchos mensajes de audio de WhatsApp, yo se los he hecho llegar. Se está sintiendo querida y protagonista, con tantos buenos deseos”. 

El mundo laboral resulta un terreno inexpugnable para las personas con discapacidad. Pastor señala: “mi hijo ha estudiado un grado medio de educación infantil y ya el segundo día de prácticas le dijeron que no era válido. Ha hecho todos los estudios, ha aprobado todo, pero nos hemos encontrado esto. “

Almudena Martorrel, presidenta de A la par, prefiere ver el lado positivo ya que: “Está cambiando todo, el planteamiento ahora es ¿qué tenemos que hacer para que todo esto que está aquí siga avanzando? y así nos vayamos adaptando a que cualquier niño pueda estar donde quiera”. 

Jesús Martín Blanco, delegado del CERMI, ha optado por la vía legal y ha denunciado los hechos a la Fiscalía. Denunció en La Noche de COPE el comportamiento de aquellos que invitaron a Inés a irse : “Yo no sé como a una empresa que se dedica a educar precisamente, cómo se le pasa por la cabeza, tener este tipo de conductas. Como ciudadano con discapacidad me produce auténtico rubor y auténtico estupor estas conductas en las que, por supuesto, no reconozco a mi país. “ Cree que las claves del cambio se encuentran en la educación en valores, en la búsqueda de espacios en los que niños y niñas estén juntos y en la formación de los que están a cargo de las niñas y los niños.