Así se crean los gigantes y cabezudos, figuras indispensables en las fiestas españolas

Los gigantes y los cabezudos son una tradición popular en Europa occidental y América Latina, se celebra en multitud de fiestas locales a través de diversos desfiles que suelen organizarse en comparsas. Sus orígenes datan de varios siglos atrás y en España las primeras referencias escritas son del siglo XIII y se localizan en Pamplona.

Estas costumbres están muy arraigadas en determinadas zonas, normalmente fuera de las grandes ciudades, pero se enfrentan a la amenaza de la extinción. En Terrer, un pequeño municipio perteneciente a la provincia de Zaragoza de apenas 500 habitantes,trabaja José María Sánchez -natural de Calatayud-, un ilustre artesano de gigantes y cabezudos que tiene solo 29 años.

Su afición viene desde pequeño, es autodidacta y fue aprendiendo poco a poco hasta crear su propio taller. Para su elaboración José María primero idea la figura, y lo modela en arcilla y escayola, después lo reproduce en fibra de carbono para que pese menos. Los gigantes, a parte de la cabeza, también tienen sus extremidades y los ropajes, todo sobre una estructura formada por un cabellete para poder llevarlo fácilmente. Para cada una de las figuras tarda unos 2-4 meses.

Le han llegado peticiones de todo Aragón y más pueblos de España y no solo los hace desde cero, también repara estas figuras con gran maestría, pues aunque las comparsas las cuiden con mucho cariño, a veces es inevitable que reciban algún golpe.

Daniel Bienzobas, es vicepresidente de la Asociación de Gigantes de Zuera y junto a su grupo de gaiteros crearon la comparsa Os Lizerons. A sus gigantes, creados por José María, los llaman a modo cariñoso “Liceron y Salzita”. Las figuras antes se utilizaban como burla a algún personaje, ahora incluso, como es este caso, se hacen para rendir homenaje. Su gigante Liceron es uno de los más altos, a los hombros mide 4 metros con 60 centímetros y pesa 46 kilos.

Los gigantes y cabezudos son muy habituales en las fiestas españolas, hacen de cualquier festividad un encuentro divertido y lleno de tradición, que con jóvenes como Jose María Sánchez, tienen aún un futuro asegurado.