¿De verdad es bueno sacar lo que tenemos dentro cuando estamos enfadados?
Además, te contamos por qué unas personas lo exteriorizan más que otras
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Estarás conmigo en que hay personas que se enfadan continuamente y por todo, y hay otras que nunca se enfadan. ¿Acaso es que estas últimas no tiene motivo para ello, o por el contrario que las primeras viven en un mundo caótico donde todo se confabula?, ¿en qué equipo estás tú? Ni una cosa ni otra, como todo en la vida, la virtud está en el término medio. La psicóloga Macu Cortázar nos cuenta que enfadarse en bueno, pero si se prolonga en el tiempo y en repetidas ocasiones, lo podemos somatizar y convertirse en enfermdad. La realidad es que todos nos enfadamos, pero otra cosa es lo que hacemos con ese enfado: exteriorizarlo, guardárnoslo...
"Las emociones, a veces, nos controlan a nosotros mismos. O eso parece. Encontrar el término medio no es fácil. Nos podemos enfadar por todo: es de esas emociones que nos provocan respeto, como la tristeza, porque pensamos que si nos dejamos llevar por ellas, podemos perder los papeles", detallaba la psicóloga.
Además, añadía: "A veces, cuando tenemos una emoción que nos invade en exceso, es complicado pararse y pensar. Las emociones se solapan con otras que teníamos antes, y las sacamos con el enfado".
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