Así funciona la Ley de la Segunda Oportunidad: Estos son los requisitos para librarte de una deuda

Cuando tenemos que comprar una casa, un coche o queremos abrir un negocio, normalmente estamos hablando de importes económicos que no podemos abordar sencillamente y al contado, por lo que, en la mayoría de los casos, nos veremos obligados a pedir un préstamo, una financiación o incluso una hipoteca. Además, en el caso de ser asalariado y comprar una casa, existe una cierta seguridad a la hora de devolver el dinero al banco, pero en otro casos será distinto.

Si el objetivo es abrir un negocio, que es precisamente de lo que se espera vivir como empresario o autónomo, estaremos arriesgando todo nuestro capital en algo que no está del todo asegurado que vaya a salir bien. Y esto es así porque ya ha pasado. Precisamente en la crisis del 2008, que tuvo sus peores consecuencias en los años posteriores como el 2013, fueron muchos los que debido al buen funcionamiento de la economía antes de explotar la burbuja inmobiliaria, compró activos o abrió negocios por las facilidades de financiación, y de repente al cabo de un tiempo, todo ese valor fruto de la burbuja, había desaparecido.

Así, la mala situación económica desencadenada por una de las peores crisis económicas de la historia reciente de España, acabó con muchos de esos pequeños negocios que se habían abierto echando el cierre, un gran aumento en el número de parados y mucha gente sin saber como iba a pagar las propiedades que había adquirido, ya que incluso vendiendo el inmueble, su valor había descendido tanto que no liquidaban la hipoteca con la venta.

Solución legal

En el caso de no poder hacer frente a esta deuda y seamos una persona física, un autónomo, familia o trabajador por cuenta ajena, tendremos la posibilidad de acogernos a la Ley de la Segunda Oportunidad, aunque habrá que cumplir con algunos requisitos.

María Blanco, profesora de economía en la Universidad CEU San Pablo y profesora de economía de bolsillo en COPE, confirma que deberemos declararnos completamente insolventes, lo que implica que, incluso vendiendo propiedades para saldar la deuda, el valor de esta, sea superior al de los activos a vender.

“En todo caso la decisión será tomada por la justicia, puesto que en este caso se apela a la buena fe, lo que implica que no se haya utilizado anteriormente esta ley, no existan condenas y también se exima al deudor de tener que utilizar como medio de pago su propia vivienda o vehículo, como elementos indispensables”, afirma la experta.

Esta Ley se aprobó hace ya casi 10 años, en el año 2015, aunque empezó a tramitarse en el año 2013, cuando se sufrían las peores consecuencias de la crisis del 2008. Además, textualmente, el objetivo de esta ley, es textualmente, que su “objetivo es permitir que una persona, a pesar de un fracaso económico empresarial o personal, tenga la posibilidad de encarrilar nuevamente su vida e incluso tomar iniciativas empresariales”.

Afectados

Y es que, solo en el pasado año 2023, fueron casi 40.000 personas en España las que se acogieron a esta Ley, que utiliza un modelo similar a la que se había implementado años antes en Alemania y que ha reflejado su utilidad para los ciudadanos a los que se dirige, que ya no tienen que arrastre una gran deuda durante toda su vida.

Pero, además de la crisis del año 2008, los tribunales han vuelto a notar un gran incremento de uso de esta ley después de la pandemia del COVID-19, que hay que recordar que provocó el cierre inminente de miles de comercios, lo que perjudicó gravemente a las familia.