Fernando de Haro, emocionado, cuenta cuál es la foto que más le ha costado describir: “Me caían lagrimones”

El director de 'La Mañana Fin de Semana' acaba de publicar su libro 'La foto de las siete menos cinco', donde recopila esas fotografías sonoras que describió durante años en COPE

Fernando de Haro
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Ana Rumí

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La foto de Fernando de Haro. Así es como se llama esa sección que, cada tarde, presentaba el comunicador en 'La Tarde'. Lo hizo durante cinco años, y en ella, describía diferentes fotografías que veía en prensa y que dejaban un poso en todos los oyentes. 

Fotografías las había de todo tipo, desde las más alegres en las que se reflejaba el amor familiar y la amistad, hasta las más tristes que reflejaban el dolor y la pobreza. Cientos de imágenes que hacían que volase la imaginación de todos los oyentes y creaban una conexión profunda entre ellos y el comunicador.

Si en algún momento te perdiste alguna, puedes descubrirlas de nuevo en el nuevo libro de Fernando de Haro: La foto de las siete menos cinco. En él, se recopilan todas esas fotografías sonoras.

Fernando de Haro explicaba en 'La Tarde' cómo surgió esa sección: “Esto no surgió con la idea de una despedida, es porque veía las fotos en la prensa y pensé 'por qué no hace un comentario de una foto', fue a lo tonto y a la gente le empezó a gustar. No hay nada programado, más que una despedida, es una provocación, hacer llegar al oyente algo que a ti te ha inquietado y despegarme de la actualidad, polémica política, la información”.

La foto que más le ha costado describir

La mayoría de las fotos contaban historias de gente anónima, y era Fernando de Haro quien hacía, a través de sus palabras, que el oyente se imaginara cómo eran. 

Sin embargo, tampoco para él fue fácil describir algunas de ellas, porque, como explicaba, contaba su propia historia a través de ellas.

Así pues, hay una que le costó especialmente describir. “Me venía a la mente la fotografía de un chico que acompañaba a la mujer que quería al borde de una cama, sosteniéndole la mano. Yo vivía algo muy similar entonces, con una persona muy querida enferma, y la escribí mientras me caían unos lagrimones por la cara porque contaba mi propia historia”.

“Veía la foto, me gustaba y cuando la estaba escribiendo, me daba cuenta de que es un presente que se queda y que se ha ido” sentenciaba.

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