De Haro a las 17h: "No queremos a nadie que venga a explotar las viajes bombas de la Guerra Civil"

El presentador de La Tarde recuerda que hoy se cumplen 80 años del final de la Guerra Civil española.

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Fernando De Haro

Publicado el - Actualizado

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El sonido terrible de las bombas dejó de escucharse hace hoy 80 años. Hace 80 años que terminó la Guerra Civil. Ese terrible sonido, el sonido de las balas, el sonido de las armas, dejó en España 300.000 muertos, las represiones de la población civil pudo duplicar el número de muertos.

Una de las mejores novelas históricas que se han publicado en los últimos años sobre la Guerra Civil es el Requete de Olite de Mikel Azurmendi. El relato ayuda a comprender la espiral de odio y violencia de aquellos años. Uno de sus protagonistas es el comandate Tutor, al frente de una columna que llevaba su nombre. Tutor fusila al amanecer a dos milicianos que han sido hechos presos. Vuelve del monte con la cara manchada de la sangre de las víctimas tras el ajuste de cuentas.Tutor los ha matado porque ha tenido noticia de que el enemigo ha fusilado a varias decenas de oficiales de su bando que se han rendido en San Sebastián. Todos acusan a todos de haber comenzado, la culpa es siempre del otro. En nombre de las víctimas inocentes se generan nuevas víctimas inocentes. Un círculo vicioso en el que el mal se justifica. Se llega a una unanimidad violenta.

Hace 80 años que dejaron de hacer las bombas pero las bombas siguen con nosotros. El pasado mes de mayo la Guardia Civil acudió a un chalé en Arévalo, en Ávila, por el aviso de un accidente doméstico, Y se encontraron a un vecino, que manipulando una especie de artefacto militar antiguo, provocó una explosión que pudo ser oída por varios vecinos. Ante la “gravedad de la situación” se llamó a técnicos especialistas en desactivación de artefactos explosivos de la Guardia Civil.

Poco después el juez estableció un perímetro de seguridad, el precinto de la vivienda, y el desalojo de todos los vecinos colindantes al existir “riesgo real para la seguridad ciudadana”. El accidentado acumulaba también en su vivienda de Madrid “gran cantidad de material” explosivo como granadas, municiones de artillería y de mortero.

En los últimos 30 años la Guardia Civil ha detonado 35.000 artefactos de la Guerra Civil. La Guerra Civil nos dejó como herencia decenas de miles de bombas sin explotar. Hay bombas explosivas y hay bombas morales.

Hace 40, 45, 50 años dijeron nunca más. No más guerra, se abrazaron en un gesto de perdón que no tenía precedentes. En la novela que citaba antes, 'El Requete de Olite', a uno de sus personajes se le abre la conciencia: “pensó que acaso la guerra solo se terminaría cuando un ser humano tome conciencia de que bien pudiera haber sido el otro”. Podemos ser el otro, el que muere bajo las bombas. Los españoles pensamos en la Transición que podíamos ser el otro y nos reconciliamos.

No queremos a nadie que venga a explotar las viajes bombas, es necesario, sin duda, terminar de enterrar los muertos, pero hay que dejar de escuchar a los que hacen de la Guerra Civil algo del presente, algo no superado. Más que nunca nos hace falta tener presente la herencia de reconciliación de nuestros padres y abuelos".

Herrera en COPE

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