Fernando de Haro analiza la respuesta de Díaz a Guerra: "Se ha presentado como la mujer víctima"
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El 23 de septiembre a las 08:50 horas, acaba el verano.
Tiempo estraño en la calle: los que quieren acelerar la historia, botas, trench, jerseys. Se asan. Los que quieren detener la historia: sandalias, tirantes, se mueren de frío.
Al finalizar el verano, se ve la difrencia en el sentido del tiempo. Para los niños o los jóvenes no se acaba el verano, se acaba el verano de 2023. Cada verano es un trampolín hacia el futuro y tiene el nombre de muchos acontecimientos: el verano que conocía a Margarita, que recorrí Europa, que aprendi a surfear, los veranos y la vida son una flecha hacía delante. Verano del 51.
Los adultos no. No hay verano del 51 o del 23. Hay veranos, la vida se parece a un ciclo e el que retorna, un ciclo indeferencia, un tiempo indiferenciado en el que no pasa nada o todo lo que pasa está previsto. Es muy probable que tenga algo de enfermizo, no hay tiempo sin novedad, no hay tiempo si no sucede algo.
La que se ha liado, con lo de Guerra y la peluquería de Yolanda. Ha respondido. Y se ha presentado como la mujer ofendida, ofendiditos, como la mujer víctima.
Si yo digo que Sánchez es guapo, no hay problema. Lo dice la prensa extranjera. Si yo digo que la que fue líder de Ciudadanos, iInes Arrimadas es guapa, ya me empiezan a mirar mal, a sospecha que soy un viejo rijoso.
Si yo digo que José Bono se puso un implante y que eso no está serio, no pasa nada. Si yo digo algo sobre lo bien arreglada y bien peinada que va la vicepresidenta y el tiempo que eso le lleva, el acabose. Nuestra tolerancia a según qué comentarios es igual a cero. Guerra siempre tuvo la habilidad de crear imágenes que golpean como látigos: Tahúr del Misisipi para Suárez, descamisados de Armani para la izquierda divina. Guerra, con su picante de faltón, ha señalado a la vicepresidenta en funciones como una comunista muy particular por su imagen.
Bueno, pero si hay tantos ofendidos, se puede recordar que es la nueva amiga de Puigdemont.
"Después de la conversación con el señor Puigdemont estoy convencida de que va a haber un Gobierno progresista en España y que, además, tenemos que ver a Cataluña no como un problema sino como una auténtica oportunidad o que se ha convertido en una profesora de amnistias.
Quizás, lo de las peluquerías es lo más suave de Yolanda.