Fernando de Haro: "La cesta de la compra es lo que nos preocupa a los españoles"

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La cesta de la compra, la cesta de la compra, la cesta de la compra. Es lo que nos preocupa a los españoles. Y no es para menos. Hace unas horas hemos conocido los detalles de cómo subieron los precios en el mes de agosto. Y la cesta de la compra es la gran protagonista. La fruta es un 12 por ciento más cara que el año pasado, el pollo casi un 18 por ciento. Los economistas miden también una cosa que se llama la inflación subyacente, que sigue subiendo. Eso significa que la subida de los precios de la electricidad, por ejemplo, ya se ha trasladado a nuestro bolsillo. Pilar Cisneros y yo estuvimos la semana pasada en el campo, hablando con agricultores, y todos nos venían a decir lo mismo, que con los precios que tienen en origen venden a pérdidas.

Las dos partes del Gobierno, entre tanto a lo suyo, el ministro de Agricultura, Planas, que es el que sabe dice que ni hablar de la limitación obligatoria del precio de los alimentos.

Y Yolanda Díaz sigue con su matraca.

Hay que mirar la parte positiva de la noticia de los precios y hay una parte positiva. Seguimos instalados en una inflación que está por encima del 10 por ciento, pero la subida es un poquito menor que en el mes de julio por la bajada de precios de los carburantes. Bruselas trabaja para rebajar la factura de la electricidad, y eso es esencial. De momento lo que está claro es que los precios no van a bajar de golpe.

Cuando casi todos nos habíamos olvidado de la lucha contra la invasión rusa de Ucrania, nos ha sorprendido una contraofensiva que ha conseguido un importante éxito. Rusia está perdiendo la guerra pero todavía no la ha perdido del todo. Los ucranianos han recuperado una franja de terreno de considerable tamaño en el este y en el norte. En algunos zonas del frente hemos visto una retirada desordenada del ejército de Putin que ha abandona valioso material militar. En las guerras a menudo sucede que los acontecimientos se precipitan. Lo que ha sucedido en los últimos días muestra que las líneas de los dos combatientes no necesariamente van a permanecer estáticas. La moral ucraniana, lógicamente ha aumentado.

Se puede discutir, y es conveniente hacerlo, si esta es una guerra justa. Pero lo más relevante es que en los últimos seis meses, el factor humano ha sido decisivo y nos ha sorprendido cuando nos parecía difícil que quedara alguien dispuesto a luchar por la libertad.

Los ucranianos han revelado una hambre y sed de justicia asombrosa. La exigencia de justicia se despertó a finales de febrero cuando sintieron que estaba siendo pisoteada y cuando empezaron a vivir la bestialidad de la guerra La autocracia de Putin, todas las autocracias, no pueden renunciar a la violencia. Si lo hicieran se hundirían. Pero las personas que viven en esos países tampoco pueden renunciar a la a su libertad. Y en este hecho reside la luz de nuestros tiempos, la luz del futuro.

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