Fernando de Haro: "Un choque frontal con las eléctricas no puede ser nada positivo"
- 3 MIN
Lunes de puente. Lunes de puente con la tasa de incidencia muy baja. Y con WhatsApp funcionando a pleno rendimiento. Trabajando o sin trabajar estamos pendientes de un nuevo círculo verde en nuestro WhatsApp este lunes de puente. Estamos siempre esperando ser contactados. Tan potente es la espera que casi parece bastarnos para satisfacerla un mensaje genérico lanzado a un grupo de antiguos alumnos del colegio. Un nuevo mensaje verde significa la posibilidad de que alguien está pensando en nosotros, la posibilidad de que alguien quiera decirnos algo, aunque sea una tontería: que se ha hecho una foto en la puerta de Alcalá, que se está tomando unas cañas en la playa
Esperamos un mensaje aunque nuestro perfil se haya diluido en el anonimato. Porque un mensaje significa, en cierto modo, que alguien nos deletrea, que alguien piensa en nosotros, que le importamos. Como niños pequeños, con una identidad insegura, vivimos esperando, delante del teléfono, escuchar nuestro nombre como esperábamos escucharlo en los labios de nuestra madre. Mientras llega el nuevo círculo verde que nos anuncie que algo ha sucedido, en esa soledad del que cree no haber sido pensado, domina la espera de una respuesta que consideramos necesaria. No admitimos la posibilidad de una pregunta sin respuesta. Solo los intelectuales dicen que hay preguntas sin respuesta. Nosotros esperamos nuestro círculo verde como algo que nos es debido, irrenunciable.
Lunes de puente del Pilar con la ocupación hotelera en algunas regiones de España cercana al cien por cien y con el megavatio hora en 184 euros y con un precio del combustible en las gasolineras que ha subido un 21 por ciento respecto al año pasado.
Esas son las contradicciones que vive nuestra economía: a los 10 millones de personas que tienen tarifa regulada, es decir tarifa que oscila, la luz le cuesta el doble de lo que le costaba el año pasado. Subidón de la luz y de la gasolina, mientras que la confianza del consumidor está por las nubes. No teníamos tanta confianza los consumidores desde 2017. Y eso es muy bueno porque significa que estamos dispuestos a consumir y eso tiró de la economía.
Gastar, gastar, ya está gastando como digo los que tienen tarifa regulada. Por esas las compañías eléctricas están ofreciendo a los consumidores tarifas fijas, Endesa ofrece una tarifa de 58 euros megavatio hora, Naturgy, de 60 euros megavatios hora. Este jueves se debe convalidar en el Congreso el decreto que limitó los beneficios de las eléctricas en 2.600 millones de euros. Las empresas eléctricas esperan que los nacionalistas se pongan de su lado. Teresa Ribera, la vicepresidenta, ha abierto conversaciones con las eléctricas hasta que llegue ese momento, pero no parece que el Gobierno, presionado por Podemos, esté dispuesto a cambiar nada.
Las eléctricas tienen desenterrada el hacha de guerra, recurrirán a los tribunales, Iberdrola ha fichado al socialista Antonio Carmona y Sánchez Galán, el presidente de Iberdrola ha asegurado que con extremistas no se puede gobernar. El decreto ha provocado que no entre en el mercado español en algún momento la energía eólica y que se haya importado luz de Francia y de Marruecos. El mercado de la luz necesita un cambio del sistema de subasta que en parte determina Bruselas y en parte determina nuestro Gobierno, pero un choque frontal con las eléctricas no puede ser nada positivo. Necesitamos que la confianza del consumidor siga muy alta.