Fernando de Haro: "Es fácil preguntarse con este número de muertos: ¿es justa la vida?"

Este es el sonido del segundo terremoto que ha sacudido el sur de Turquía y el norte de Siria. Como sabes, se ha producido un terremoto esta pasada madrugada y ahora ha habido un segundo terremoto. En los hospitales hay cientos de muertos y heridos. Hay un primer balance provisional que habla de 2.200 muertos. Seguramente este balance se va a incrementar. Este es un terremoto tan violento como el que sacudió Turquía en 1935, y entonces murieron 30.000 personas.

Se han derrumbado edificios en pocos segundos. Se estima que hay unos 3.000 edificios derribados en ambos países. La ciudad de Alepo ha sido golepada duramente por el terremoto, de tal manera que la ciudadela está bastante afectada. Es una antigua contrucción que hay en la parte alta de Alepo. Recuerdo perfectamente cuando hace unos años entré en Alepo, al norte de Siria. Estaba todavía en marcha lo más crudo de la guerra y parecía una ciudad precisamente destruída por un terremoto. Ahora, desgracia sobre desgracia, vuelven a caer los edificios de Alepo.

Los gritos de alegría han sacudido a los bomberos cuando han conseguido sacar a un niño de entre las ruinas. Los equipos de rescate tratan de localizar a las personas atrapadas bajo los escombros de los numerosos edificios. La tragedia provocada por una guerra tiene culpables más o menos claros. La tragedía de un terremoto no. Es fácil preguntarse con este número de muertos: ¿es justa la vida? Una tragedia de este tipo nos golpea porque imaginamos todo el dolor que están sufriendo ahora los turcos y los sirios, porque las cosas normalmente están un su sitio, las placas tectónicas no conspiran contra nosotros, se suceden la noche y el día, las estaciones se alternan de forma ordenada y, de pronto, un terremoto nos sacude. ¿Un terremoto es suficiente para afirmar que estamos abandonados al azar?

De Turquía a Estados Unidos. Parece que China ha conseguido su propósito con el globo de espionaje. Como ya sabes este sábado el ejército de Estados Unidos abatió el globo chino que sobrevoló varios estados y que todo indica que estaba dedicado a recoger datos. Ahora los republicanos acusan a Biden de haber tardado demasiado en derribar el globo. Y Biden se excusa diciendo que él quería derribarlo, pero que siguió las recomendaciones de los líderes del ejército. El globo ha conseguido su objetivo porque ha dividido al país: los republicanos por un lado, los demócratas por otro.

La China de Xi se propone ganar hegemonía en el tablero regional y en el mundial, y quiere convertirse en un poder indiscutido. China tiene ya mucho protagonismo en la zona asiática. Además, ha puesto en marcha una serie de iniciativas para reforzar su ejército. Tiene planes de expansión, quiere, por ejemplo, quedarse con Taiwan, quiere controlar los mares que hay al lado de China y quiere desplegar su influencia en el mundo en contra de los valores liberales. Rusia no es la única amenaza a nuestra forma de vida, ni probablemente es la amenaza más seria. China sí, poca broma.