Así suena un A340-600, un avión que se diseñó para sustituir a la primera generación de Boeing 747. Puede llevar 380 pasajeros y mide 17 metros y medio. La compañía Plus Ultra que vuela de España a algunos destinos de Latinoamérica solo tiene un avión de este tipo de 17 años. Hasta el mes de marzo ha volado una vez a Venezuela (ida y vuelta) en todo enero y febrero. Tiene un sólo avión activo.
¿Por qué te estoy hablando de este avión y de esta extraña compañía que solo tiene un avión? Una juez investiga por malversación en Plus Ultra a quince altos cargos del Gobierno.
Para contar bien esta historia hay que remontarse a julio del año pasado. En julio del año pasado el Gobierno aprobó un fondo de apoya a la solvencia para empresas que fueran estratégicas para el tejido productivo. A través de ese fondo, Plus Ultra recibió una ayuda de 53 millones de euros.
Es muy discutible que Plus Ultra sea una empresa estratégica porque antes del covid tenía muy poquitos vuelos, un porcentaje muy pequeño del tráfico aéreo. Plus Ultra es una compañía muy pequeña, un 47 por ciento de sus acciones están en manos de Snip Aviation, que es una empresa controlada por Rodolfo Reyes Rojas, una persona muy cercana a Maduro.
Plus Ultra es una empresa pequeña, ahora con un solo avión que solo ha volado a Venezuela, y en el entorno de Maduro. Además Plus Ultra es una empresa que ha dado pérdidas desde su creación en 2011 y que se ha mantenido a flote con créditos de una compañía con sede en Panamá, que es un paraíso fiscal.
Los 53 millones de ayudas a Plus Ultra le duelen especialmente a todos los empresarios españoles que se han quedado sin ayudas directas. A pesar de todo, la ministra Montero ha insistido en que no hay nada raro en todo el caso Plus Ultra.
Aunque la ministra diga que no hay nada raro, ya hay una juez investigando si hay malversación. Y ya tiene una denuncia Bruselas encima de la mesa por la posibilidad de que esta ayuda no respete las condiciones con las que el fondo de ayuda fue aprobado por la Comisión Europea. Las condiciones con las que aprobó ese fondo dicen claramente que se daban esas ayudas a compañías que no tuvieran dificultades financieras antes del 31 de diciembre del año 2019, cuando esta compañía no ha tenido más que pérdidas desde se creación.
Curioso que para darle las ayudas solo se evaluara la situación económica del último trimestre, lo cual es contrario a lo que establece Bruselas. La sospecha de que el Gobierno ha dado dinero, a dedo, a una compañía que no es estratégica y cercana al chavismo nos hace mucho daño. Está por enviar, por parte del Gobierno, el plan de recuperación, porque las ayudas van a ser supervisadas por Europa y porque nos han dado un tirón de orejas desde Bruselas con la pretendida reforma del sistema de elegir a los vocales del Consejo General del Poder Judicial.