De Haro, cerca del edificio quemado en Valencia: "Huele a plástico quemado, aquí se ha vivido un infierno"

Desde el barrio del Campanar de Valencia, los de la tarde estamos aquí, delante de los dos edificios incendiados. Veo los restos de un infierno, estoy a unos 75 metros de los dos edificios quemados, me separa una cinta de seguridad, la policía no nos deja acercarnos más. Delante tengo un edificio absolutamente calcinado, solo quedan los muros de carga.

También huelo, huelo a quemado, a plástico quemado. No hay restos de la fachada en mi zona, en la zona de Pilar Cisneros sí, un auténtico infierno es el que se vivió en este edificio. Hay cinco muertos, 14 desaparecidos, y hace muy poquito, con ayuda de la UME, la policía científica ha accedido a las primeras plantas. El ejército, la UME, presta sus drones para que se pueda entrar en diferentes plantas.

Ha sido la ocasión para que muchos héroes eviten que la tragedia sea mayor. ¿Por qué ardió tan rápido el edificio? ¿Se tomaron las suficientes medidas de seguridad? Una todavía más seria, ¿por qué nos ha pasado esto? A veces la fatalidad te golpea, por qué hay que sufrir el zarpazo de un incendio, otras veces las tragedias con de más variedad.

Heroísmo, por ejemplo, del conserje, que fue avisando uno por uno para que salieran de la casa. Heroísmo de muchos valencianos que se acercan trayendo ropa, mantas... Los que estaban en el edificio lo han perdido todo. Estos afectados me decían que nos iremos los periodistas, y nos olvidaréis, y tenemos que pagar una hipoteca y hacer frente a los gastos. Vamos a contarte desde aquí lo que sucede.

La conversación que afecta a Ábalos, Juan Carlos Cueto e Íñigo Rotaeche. Los dos están hablando de las comisiones por los contratos del Ministerio de Transportes y Cueto le dice a su interlocutor: "eso era un favor que le pedía a tu vecino (Koldo)… él y su ex jefe" (en alusión a Ábalos según los investigadores). Sus antiguos compañeros de Gobierno le piden que se vaya.

Le pide que abandone su escaño y seguramente su partido, pero ya es tarde para poner un cordón de seguridad ante la corrupción.