El Gobierno ha aprobado el nuevo decreto ley para regular el mercado del alquiler del que venimos hablando hace algunos días. Hace dos meses y medio aprobó uno similar pero decayó porque no fue convalidado en el Congreso. Podemos no lo apoyó. El decreto ley de hoy es muy similar al anterior pero Podemos ha cambiado de posición. No es serio que una cuestión tan seria como la regulación del alquiler esté a merced de los juegos partidistas. Como tampoco es serio regularla por decreto ley cuando las Cortes van a disolverse. La fórmula utilizada por el Gobierno no es seria pero el problema existe: hay una subida excesiva de los precios de alquiler y hay resolver el gran problema social que representan los desahucios. Hay mucha gente que en España se queda sin techo.
Lo han puesto de manifiesto este viernes los datos del Consejo General del Poder Judicial: los desahucios siguen siendo un problema social de primera magnitud en nuestro país. Ahora Podemos se ocupa menos de la cuestión, quien sí sigue dedicándole mucho esfuerzo y mucha energía es Cáritas. Unos predican y otros dan trigo.
En 2018 han disminuido los desahucios por ejecución de hipotecas, pero en 2018 aumentaron un 4,5 por ciento los desahucios por impago de alquiler. Han sido 37.285 las personas y las familias que se han quedado sin casa por no poder pagar la renta del alquiler. A las personas que tienen dificultad para pagar su renta les va a venir que el plazo aumente a cinco años y que la subida anual se limite al IPC. En cualquier caso lo que explica Cáritas es que este incremento es consecuencia de que han subido mucho los alquileres y no han subido los salarios de la gente más pobre. La salida de la crisis ha sido una salida que no ha solucionado la desigualdad. El problema de los desahucios no se soluciona con precios máximos, que es lo que pedía Podemos, sino con mayor oferta de viviendas públicas en alquiler que sean asequibles. Esa oferta serviría para compensar los excesos que pueden producirse en el mercado privado. Cáritas advierte también de que hay que seguir las recomendaciones de Bruselas y no ejecutar los lanzamientos, echar a la gente de sus casas, hasta que no se le haya encontrado alguna ayuda para tener techo.
Cáritas intenta acoger a esas familias que se quedan sin techo, pero necesitan el apoyo de la administración.
El problema de este Gobierno y de sus socios, por lo que dice Cáritas, es que no es suficientemente progresista, no escucha a los que trabajan con los desahuciados de carne y hueso.