Pilar Cisneros valora los Juegos Olímpicos: "A veces decepciones, pero la meta soñada por deportistas"

Se acabaron los Juegos Olímpicos y así sin el bálsamo de la expectación por la competición y las medallas, tenemos que afrontar lo que queda de agosto, que es mucho.

Hoy, este lunes, entramos en la semana más dura para todo currante estival y encima sin una mala repesca de piragüismo o un partido de vóley playa que echarnos al cuerpo.

Estos Juegos nos han dejado un sabor agridulce, no solo porque seguimos sin avanzar en el medallero, estancados en esas 18 medallas que saben a muy poco, sino que además nos llevamos algunas de las imágenes más tristes para nuestro deporte en los últimos años.

Sigo sin quitarme de la cabeza los gritos de desesperación y dolor de Carolina Marín con su lesión de rodilla cuando tenía la medalla prácticamente asegurada.

Este domingo, en un vídeo, sus palabras dan una idea de por lo que está pasando. Nos pide respeto y tiempo, mucho tiempo para su recuperación física y metal. Qué duro y qué injusto puede ser a veces el deporte.

Un detalle, una milésima, un minuto de mala suerte, es capaz de dar al traste con años de esfuerzo y sacrificio.

Es triste, pero también forma parte de la épica de la competición, la que nos engancha a la radio o a la tele y nos pone el corazón en un puño mientras presenciamos los logros de un deportista que se convierten en los de toda la nación.

Los Juegos siempre destronan o coronan a nuevos talentos. Estos serán los Juegos del adiós del fondista Kipchogue, de la vuelta triunfal de Biles y del éxito del nadador francés León Marchand.

Pero a veces no hace falta ganar para conseguir el cariño de todo un país. Estos días hemos descubierto a una atleta española que no ha logrado ninguna medalla, pero que ha conquistado nuestros corazones.

Esta mujer se llama Águeda Marqués y con su naturalidad, sinceridad sobre sus posibilidades y su entusiasmo sobre cada prueba que ha corrido nos ha arrancado a todos una sonrisa.

Acabó decimoprimera en el 1.500, pero ha cumplido el sueño que tenía desde pequeña cuando empezó a correr. Es la magia de los JJ. OO., a veces una fábrica de decepciones, pero la mayoría de las veces la meta soñada por deportistas de todo el planeta.