Pilar García Muñiz analiza el fin del patinete eléctrico de alquiler en Madrid: "No va a desaparecer, pero está en extinción"

La directora de 'La Tarde' da las claves sobre la decisión de prohibir este vehículo a modo de alquiler, que ha provocado numerosas quejas en la capital de España

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A veces veo las ciudades como una auténtica jungla. Cuando paso por la calle de Alcalá, en el centro de Madrid, esa imagen se me viene a la cabeza. Es una gran avenida, con cuatro carriles. Se abre el semáforo y una manada de coches, motos o autobuses avanza acelerando hasta la siguiente luz roja.

En medio de esa estampida motorizada ha aparecido una nueva especie desde hace unos años. El patinete eléctrico. Una especie que además es el eslabón más débil en esta cadena y tiene todas las de perder en caso de encontronazo.

El patinete llegó como una solución de movilidad, barata fácil y sencilla. Quizás demasiado sencilla porque no hacía, ni hace falta, ningún tipo de permiso o cualificación para conducirlo. Encontrar a un conductor de coche o moto sin carné es una excepción. En el caso de los patinetes, no. Es algo habitual y eso puede traer problemas.

Tantos que Madrid por ejemplo ha decidido cortar por lo sano y ha retirado las licencias a las empresas de alquiler de Patinetes eléctricos. Hablamos de unos 6000 vehículos en total que había en al capital. Una de las cuestiones es la falta de conocimiento o responsabilidad de algunos usuarios.

Por ejemplo, cosas que podemos ver cada día. Gente, turistas o no, que montan sin saber las normas de circulación para esos vehículos. Otros que toman el carril bici en sentido contrario. Los hay que van por la acera sin ningún problema, con los casos de música puestos o usuarios que dejan de cualquier manera ese patinete en el primer sitio que pillan.

Seguro que hay gente responsable y que nunca han tenido ningún problema pero esos han pagado el pato por todos los demás. Enseguida vamos a analizar todo esto, pero tengo la sensación de que a las administraciones se les ha ido un poco de las manos y ahora tratan de ponerle freno. Primero fue París quién tomó la decisión de suspender los servicios de alquiler. Ahora llega Madrid y otras capitales se lo están pensando.

Te recuerdo que los patinetes de uso personal sí están permitidos (cumpliendo las normas, evidentemente), pero al eliminar de un plumazo las 6000 unidades de alquiler, Madrid evita muchos problemas potenciales de una tacada.

En esta selva de asfalto, el patinete no va desaparecer, pero empieza a ser una especie en peligro de extinción.

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