Pilar García Muñiz sobre el acuerdo entre MERCOSUR y la UE: "está bien que se busquen caminos, pero garantizando que nadie se quede en sus cunetas"
La directora de 'La Tarde' analiza en qué consiste este acuerdo y cómo beneficiará a los países como España
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Los agricultores y ganaderos españoles saben muy bien lo que es MERCOSUR, pero puede que el resto estemos un poco más perdidos.
MERCOSUR es una organización integrada por Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y ahora también Bolivia. Es noticia porque acaba de firmar un acuerdo comercial histórico con la Unión Europea.
Englobará a 31 países con más de 700 millones de clientes lo que supondrá el 20% del comercio mundial. En síntesis, este acuerdo consiste en eliminar aranceles para abaratar los precios.
En Europa hay sectores que se verán especialmente beneficiados como el automóvil, las industrias farmacéuticas o las tecnológicas. En MERCOSUR, ese beneficio recaerá en el sector minero y sobre todo en la ganadería y la agricultura.
Esto es lo pone de los nervios al sector en Europa y singularmente en España; que la carne, hortalizas o frutas procedentes de MERCOSUR entren en la Unión Europea con condiciones ventajosas y sin la estricta regulación que sí tienen que cumplir los productores europeos.
Es Juan, ganadero de Badajoz. Sintetiza los argumentos por los que el campo español está de nuevo en la calle.
Prácticamente por el mismo motivo por el que ha salido en los últimos años. Por lo que consideran una competencia desleal por parte de terceros mercados que no se ven obligados a cumplir con la rígida legislación europea y, por tanto, pueden ofrecen sus productos en condiciones más ventajosas.
Según el sector, en España esto ya estaba pasando con mercados del norte de África, principalmente Marruecos, pero con el acuerdo de MERCOSUR temen que su situación se agrave todavía más.
La Unión Europea lo niega y asegura que se va a garantizar el modo de vida de la agricultura y ganadería en el viejo continente. No va a ser nada fácil convencer al sector de esto, sobre todo porque países importantes como Francia también recelan.
El acuerdo hay que ratificarlo y puede tardarse varios años, pero las bases ya se han sentado. La Unión Europea necesita abrirse nuevos caminos por varios motivos: buscar alternativas por si Trump acaba imponiendo nuevos aranceles en Estados Unidos o por ejemplo, para depender menos de China y sus materias primas.
Está bien que se busquen esos caminos, pero garantizando que nadie se quede en sus cunetas.