"Una vez que Trump tenga enganchada a España por los aranceles, tocará dar el salto de los discursos a la política real y empezar a negociar"
La directora de 'La Tarde' analiza la respuesta de Trump a nuestro corresponsal, Alandete, acerca de los aranceles y la inclusión de España en los BRICS
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No han pasado ni 24 horas desde su llegada a la Casa Blanca y el regreso de Donald Trump empieza a dejar ya respuestas interesantes a este lado del charco.
Dice la Presidenta de la Comisión Europea Ursula Von Der Layen que “estamos entrando en una nueva era de dura competición”. Y es cierto, entramos en un tiempo de nuevas batallas comerciales por la amenaza de Trump de imponer aranceles de hasta el 20% a los productos europeos.
Pero lo importante de esta intervención de Von Der Layen en el Foro de Davos (ante 3.000 dirigentes y empresarios del mundo) es que se ha abierto a una negociación con los Estados Unidos.
Y eso significa que la pelota está justo donde quiere Trump: en un escenario de negociación en el que el nuevo presidente pueda buscar mejores condiciones; impuestos más bajos; o más facilidades para poder vender coches, tecnología o productos de EE.UU en Europa.
Pero es que además hay otro caso muy parecido, que es el de la salida de los EE.UU de la Organización Mundial de la Salud. En Bruselas también han tardado menos de 24 horas en salir a pedirle a Donald Trump que se lo piense mejor. Que Europa está dispuesta a cambiar y a trabajar para introducir cambios en el funcionamiento del máximo organismo sanitario en el mundo. Y aquí tampoco hay que olvidar que sin EE.UU, la OMS perdería un buen pellizco.
Es más, en su anterior mandato Donald Trump ya hizo lo mismo, salir de la OMS, argumentando que China aportaba 39 millones de Dólares y los EE.UU ponían 500.
Y lo mismo, exactamente, está pasando con la OTAN, donde la máxima del nuevo presidente estadounidense es aquella de “el que quiera protección que se la pague”.
Y por eso, Trump ningunea a España, y nos incluye en ese grupo de los llamados países BRICS, amenazando con aranceles de hasta el 100% a nuestros productos.
No termina de estar claro si Trump pretendía ser irónico, o es que directamente no sabe mucho más de España. Pero si algo tiene claro, es que somos el país que menos porcentaje de PIB aporta a la OTAN. Y de ahí su ninguneo.
Al final, si algo busca Trump con sus bravuconadas, es jugar a aquello de “vamos a llevarnos bien” que le decía el paciente al dentista. Y una vez que en Washington tengan enganchada a la Comisión Europea o a España “por los aranceles”, tocará dar el salto de los discursos a la política real: y empezar a negociar cómo quedan las cosas en este nuevo mundo de cambios y de incertidumbres.