Almeida se sincera como nunca en COPE y revela la razón por la que acabó en política: "Más corto"
El alcalde de Madrid ha pasado por los micrófonos de 'La Tarde' y se ha sincerado sobre la política madrileña y nacional y sobre los aspectos más desconocidos de su vida
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"Qué suerte tienes de ser alcalde de Madrid". Es la frase que se repite todas las mañanas José Luis Martínez- Almeida, que no necesita presentaciones, cuando se levanta. Él mismo aseguraba en La Tarde que no, el día que no tenga ilusión por ser el alcalde, será el día que piense en retirarse.
De momento, confiesa, no le ha entrado el gusanillo de hacer otra cosa que no sea dirigir la ciudad que le vio nacer. Vive, ahora más que nunca, un momento dulce, pese a que las circunstancias políticas nunca son las más sencillas. Se ha casado hace unos meses y confiesa que, de la relación, la valiente es su mujer, Teresa Urquijo, por "casarse con un personaje público en la sociedad que tenemos, que no es sencillo".
De ella aprende cada día y sabe que, sea como sea, su relación es para toda la vida. "Tienes una relación con alguien que piensas que es para toda la vida, pero tener la certeza de que es así es ilusorio, tienes que ser consciente de que habrá obstáculos, estoy dispuesto a saltarlos para conseguirlo" explicaba.
Con ella se plantea el futuro y todo lo que venga, incluido, por supuesto, los hijos. "No tendré problema en mandarle a Retamar, me es indiferente, tengo un derecho fundamental que es educar a mis hijos de acuerdo a mis convicciones como padre y Teresa como madre. La educación segregada no es peor que la diferenciada" aseguraba.
Nos atiende desde el Ayuntamiento, su segunda casa, en la Plaza de Cibeles, y con él, Fernando de Haro, codirector de La Tarde, tiene la charla más sincera que ha tenido nunca.
Su metódico estudio en la oposición
De sobra es conocido que el alcalde de Madrid es uno de esos hombres con una cabeza privilegiada. No cualquiera puede llegar a ser abogado del Estado y aprobar una de las oposiciones más difíciles en un plazo de dos años y nueve meses. Ni que decir tiene que, dentro de todos los múltiples exámenes, tenía que saberse al dedillo 485 temas.
"Creo que la formación es importantísima en la sociedad y eso me permitía poder acceder a una oposición, más que gustarme me convenía para mi vida" aseguraba. Él nunca quiso ser abogado del Estado, es más, cuando terminó derecho, tenía bien claro que quería estudiar un máster, pero una triquiñuela de sus padres y una amiga que había sacado la oposición, le hicieron cambiar de opinión.
Para estudiar, confiesa, ha sido tan maniático que hasta el día de hoy arrastra esas mañas. "Tenía que estudiar a las 8:00, si eran 8:01 ya no me sentía de la misma manera estudiando, tenía un lápiz bicolor y un día descubrí los de colores diversos gordos, me hice con esos y en mi casa tengo un bote con todos los que utilicé. Te sirve de guía, hablas a tal velocidad que no puedes pensar lo que dices, te lo tienes que saber y tienes que tener referencias que te permitan seguir hablando" confesaba.
"La mesa tenía que tenerla tan ordenada, todavía cuando llego a un sitio a comer por muy colocados que estén los vuelvo a colocar. Sin que me escuchen, en Palacio Real hago lo mismo, no puedo evitar tocar todo, Teresa no lo entiende y está desesperada y desesperada con la puntualidad, me lo dijo el otro día "eres un maniático"" confesaba entre risas.
Eso sí, esas pequeñas manías no hacen mella en su relación y considera que, desde que está casado, su vida ha cambiado " a mejor".
La política, algo que no esperaba en su vida
Arrasa en Madrid con mayoría absoluta y nadie puede imaginarse la capital sin que él sea el dirigente, pero él nunca había pensado en hacer política. Ni él, ni su padre, que no era tan apasionado como lo era su madre. Tanto, que fue ella quien le inculcó esta pasión por la que él hoy es el alcalde.
"A mi madre le entusiasmaba la política, era la que hablaba de política en casa, no le entusiasmaba el tema a mi padre. A partir de ahí, me afilié a los 18 años a Nuevas Generaciones y siempre me gustó, es el camino más corto para tomar decisiones que mejoren la vida de las personas" explicaba.
Eso sí, cree que la política, de la que él es parte, está degenerando cada vez más y no es la que los españoles se merecen. "Creo que la sociedad se parece cada vez más a la política, no tenemos la mejor que podemos tener o la que los españoles merecen".
"Cuando salgo del colegio electoral hay un apoderado del PSOE y otro de Vox que se están fumando un pitillo tranquilamente, la imagen me gustó, pero desde la política transmitimos los muros y las trincheras" aseguraba.