20 años del asesinato de Ana Orantes

Aún hoy cuesta aguantar las lágrimas al escucharla hablar. "A partir de ahí ya vinieron las palizas. Me cogía de los pelos y me daba con la cara contra la pared (...) Y yo no podía respirar, no podía hablar. Porque yo era una analfabeta, porque yo era un bulto, porque yo no valía nada. Así ha sido 40 años."

Era el 4 de diciembre de 1997. Ana Orantes contaba a Canal Sur 40 años de brutal violencia. 40 años de matrimonio. 13 días después, aquel hombre al que denunciaba ante los ojos de España entró en el chalet en el que seguían viviendo ambos tras su divorcio. Así lo había dictaminado el juez. Golpeó a Ana hasta dejarla medio inconsciente la agarró del pelo, la ató a una silla, le roció el cuerpo con gasolina y le prendió fuego delante de su hijo de 14 años. Y aunque todos estábamos avisados, nadie hizo nada para evitarlo.

Al día siguiente, algo cambió para siempre. Los 'crímenes pasionales' pasaron a ser violencia machista. Y España empezó a abrir los ojos ante un problema que no es doméstico, sino social. En 'La Tarde', nuestra compañera Laura Otón explicaba que no se deben encontrar justificaciones para este tipo de crímenes: "La única realidad es que son consecuencia del terrorismo machista. El machismo está detrás de esto. No hay un perfil para el maltratador ni por su edad ni por su nacionalidad ni por su condición social".

Laura Otón "La única realidad es que son consecuencia del terrorismo machista. El machismo está detrás de esto. No hay un perfil para el maltratador ni por su edad ni por su nacionalidad ni por su condición social".

Elsa González, Presidenta de la FAPE explica cómo la forma de contar estos asesinatos ha cambiado también la visión de la sociedad: "Los medios de comunicación hemos ayudado a visibilizar este problema tan grave. En el periodismo hemos dado un paso por delante de la justicia incluso. Gracias a la presión de los medios se han tomado medidas."

Cambios que no han servido para evitar que en estos 20 años, 1000 mujeres hayan sido asesinadas por sus parejas o ex parejas en España. Aún queda mucho camino por recorrer para honrar como se merece la figura de Ana Orantes.