Bombero español desde Canadá: "Es muy difícil que los incendios se apaguen antes de que llegue el invierno"

Cien españoles luchan contra el fuego en Canadá desde hace 6 días porque Canadá vive la peor temporada de incendios forestales de todo el siglo XXI. Más de 400 fuegos activos en diferentes estados y cuatro millones de hectáreas quemadas, y todavía queda todo lo peor... los meses de julio y agosto. Las consecuencias son de tal calibre que el humo tiñó de naranja el cielo de Nueva York durante varios días.

Por eso, ante la gravedad de los incendios, el gobierno canadiense pidió ayuda a la Unión Europea y en la última semana han llegado bomberos de medio mundo hasta allí, incluidos los cien bomberos españoles desplazados hasta allí.

El contingente español ha desplazado su base de la ciudad de Roberval, en Quebec, a Chibougamau, algo más al norte. Esta es una de las zonas más afectadas. De las 20.000 personas evacuadas, 15.000 son de esta región canadiense. Una región menos acostumbrada a estos grandes incendios que otras provincias como Alberta o la Columbia Británica.

Aitor Soler es uno de los bomberos que se han desplazado hasta Canadá, ha participado en otras misiones internacionales como la de los incendios de Portugal de 2017 y es quien dirige el contingente de la Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid (ERICAM) y se encuentra en la zona en primera línea de los incendios. Desde allí explica cómo está la situación en estos primeros días de trabajo: "nosotros estamos en un incendio medio para el nivel de los incendios que tenemos aquí. Se trata de un incendio de unas 40.000 hectáreas y es muy similar a los de Portugal. Por la mañana es el momento ideal para atacar estos incendios porque ya después al mediodía es como si explotaran, son unos incendios muy difíciles de atacar", cuenta.

Las jornadas allí están siendo durísimas no solo por las horas de trabajo sino también por el tiempo que dedican a la organización y planificación: "la jornada más o menos empieza antes de las seis de la mañana y después entre reuniones y demás, terminamos a eso de las doce de la noche. El descanso es nocturno porque aquí no nos dejan trabajar por la noche", dice.

Lo que más les preocupa ahora mismo son las condiciones a las que se van a enfrentar en los próximos días antes de volver el próximo 30 de junio: "hasta ahora teníamos bastante humedad en la zona, pero ahora empiezan unos días secos y es lo que nos preocupa porque se pueden volver a generar nuevos incendios", conluye.