Madrid - Publicado el - Actualizado
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Una víctima de 27 años, Mariuxi, y la presidenta de la Fundación Española de Toxicología Clínica, Ana Ferrer, explican los efectos que provoca la burundanga.
Esta mujer de 27 años, acude a matricularse como auxiliar de enfermería. Por el camino, se encuentra con una mujer que le pregunta por el nombre de una calle. Ella no la conoce pero la señora insiste para que le ayude. Lo siguiente que recuerda Maruixi es un vacío enorme. Se despierta en un parque cercano a su casa con su hijo. Acaba de ser víctima de los efectos de la escopolamina, coloquialmente denominada burundanga."Lo único que recuerdo es una señora, de unos 50 años, que se me acerca y me pregunta por una dirección. Yo no se cuál es la calle pero ella me insiste y la busco en el móvil", explica Maruixi en 'La Tarde'. Tres horas más tarde, se encuentra paseando a su retoño, "no sabía que hacía en el parque con mi hijo", asegura.Cuando vuelve en sí, siente "dolor de cabeza, la boca adormecida, los labios resecos y el cuerpo como si fuera una gelatina". Mariuxi no sabe que durante ese tiempo ha entregado sus alhajas, el smartphone y su cartera a la mujer, "mi madre me dijo que llegué a casa sobre las 13:30, que subí apresurada diciéndole que vistiera al niño que iba a comer con una amiga para ir de tiendas después. Cogí mis joyas, el móvil, vestí a mi hijo y bajé a la calle", afirma."Pienso que me drogó cuando me enseñó la hoja con la dirección que tenía apuntada". Una sospecha que no tiene validez científica para la presidenta de la Fundación Española de Toxicología Clínica, Ana Ferrer, "la espocolamina en términos toxicológicos requiere incorporarse al organismo de alguna manera", precisa en 'La Tarde'."En un caso de este tipo es imprescindible acudir a un servicio de urgencias y solicitar un análisis toxicológico para saber qué sustancia está en nuestro organismo", recuerda Ferrer.