Duerme en las calles de Ruanda, descubren que tiene un talento inusual y lo que le ofrecen le lleva hasta Barcelona
La historia de Abou es la de un joven que, con esfuerzo, talento y determinación, logró superar la adversidad, como contábamos en 'La Tarde'

Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
De niño, Abou dormía en las calles de Kigali, la capital de Ruanda. Su vida era un desafío constante: su padre los había abandonado y, de la noche a la mañana, él tuvo que convertirse en el pilar de su familia. “Crecí llevando una mala vida porque mis padres se separaron y mi padre nos dejó. Tuve que hacerme cargo de mi madre y de mis tres hermanos: dos hermanos y una hermana”, recuerda.
El día a día no era fácil. Su madre trabajaba en condiciones durísimas para poder mantener a la familia, pero no era suficiente. “Cuando él se fue, su pérdida se convirtió en un desafío. Salí a la calle a ver qué podía hacer, si podía ganar algo de dinero para ayudar en casa”, cuenta Abou. Pasó seis años viviendo en la calle, compartiendo un viejo colchón con su madre y hermanos.
La danza como salvación
Pero su destino cambió cuando conoció MindLeaps, un programa que ofrece formación en danza contemporánea a jóvenes en situación de extrema pobreza a cambio de educación y desarrollo personal. “Me uní a ellos y me centré en estudiar y en bailar. En 2018 me escolarizaron en Estados Unidos para hacer ballet. Allí pasé tres años. Luego volví a casa en 2021”, relata.
Poco a poco, su talento comenzó a destacar. Con esfuerzo y dedicación, perfeccionó su técnica hasta que una figura clave en el mundo del ballet se fijó en él: Misty Copeland, la primera bailarina afroamericana en alcanzar el rango principal en el American Ballet Theatre.

Nueva York, imagen de archivo
“Me miró y dijo: ‘Este chico es muy talentoso. Me gusta y me gustaría darle clase’. Pero en ningún momento me lo dijo a mí, sino a mis profesores. Fueron ellos quienes vinieron y me dijeron: ‘Esta mujer quiere bailar contigo’. Yo dije que, por supuesto, podía hacerlo, así que fui con ella y me enseñó. Creo que ahí fue cuando empezó nuestra relación”, explica Abou.
Un referente en el ballet
En 2023 llegó a España y se convirtió en el primer bailarín negro del Ballet de Barcelona. Su talento, su pasión y su historia de superación han hecho que su figura resuene en los círculos del ballet internacional.
“La mayoría de la gente, cuando me ve bailar, piensa que soy talentoso y que debería seguir esforzándome. A mucha gente le gusta verme bailar, les hace felices. A mí me hace feliz bailar con otra gente o, simplemente, solo. Me hace sentir bien”, cuenta.
Abou sabe que su camino no ha sido fácil. Pero tampoco olvida a quienes le ayudaron a llegar hasta aquí. “Me siento muy agradecido por la gente que confió en mí, que me ayudó en mi carrera como bailarín. Agradezco mucho a quienes vieron en mí a un chico talentoso y me apoyaron para mostrar mi talento al mundo. Estoy muy agradecido a quienes me cambiaron la vida”, dice con emoción.

Barcelona, imagen de archivo
Gracias a MindLeaps, Abou dejó atrás las frías calles de Kigali para brillar en los escenarios de Barcelona. Hoy no solo es un referente en el ballet, sino un símbolo de resiliencia y superación que inspira a futuras generaciones a perseguir sus sueños, sin importar de dónde vengan.